El presidente de Cantabria y del PP regional, Ignacio Diego, ha manifestado que para él no ha sido "una sorpresa" que la Fiscalía del Tribunal de Cuentas haya apreciado la existencia de indicios de responsabilidad penal por deficiencias en la adjudicación de determinados contratos del Gobierno regional bajo el mandato de Miguel Ángel Revilla (PRC), ya que en su opinión en el anterior Ejecutivo hubo "asuntos escabrosos", algunos de ellos "de tinte delictivo".

Por ello, se ha mostrado partidario de que, cuando las cosas "no se hacen bien", se analicen e investiguen, por si hay consecuencias no solo desde el punto de vista de la gestión o la administración, sino también en el ámbito penal o judicial.

En cualquier caso, y a preguntas de los periodistas sobre este asunto, el jefe del Ejecutivo no ha querido hacer muchos comentarios sobre el tema, ya que prefiere "mirar hacia delante".

De hecho, cree que "nunca" hay que "mirar hacia atrás", salvo por el "retrovisor", algo "obligado" y "necesario" para "no cometer determinados errores que se cometieron en el pasado".

En este punto, el jefe del Ejecutivo ha recordado "errores enormes" como el de GFB, que ha achacado a "maneras de gobernar alejadas de la realidad", además de "veleidosas" e "imprudentes" que han "costado muchísimo dinero" a los cántabros.

Ignacio Diego ha realizado estas declaraciones a preguntas de la prensa tras inaugurar el arranque de la producción de Fermacell -antigua GFB- en Orejo, junto con los consejeros de Medio Ambiente, Javier Fernández, e Industria, Eduardo Arasti.