Carolina Rodríguez: "El secreto de aguantar tantos años es cuidarme y no irme de farra"

  • La leonesa ha ganado su noveno campeonato de España de gimnasia rítmica.
  • En septiembre de 2012 fue operada de un tobillo y estuvo 4 meses con escayola.
  • Este próximo fin de semana quiere "mejorar el bronce" en los Juegos Mediterráneos conseguido hace cuatro años.
  • "Veo muy lejos en el horizonte Rio 2016", dice Carolina, de 27 años.
Carolina Rodríguez, durante su ejercicio de aro en el Nacional 2013.
Carolina Rodríguez, durante su ejercicio de aro en el Nacional 2013.
EFE
Carolina Rodríguez, durante su ejercicio de aro en el Nacional 2013.

Carolina Rodríguez ganó el pasado domingo su noveno campeonato de España de gimnasia rítmica. Es la que más tiene sumando todas las categorías. Seis en la de Honor, uno en Primera Categoría, uno infantil y otro alevín. Con 27 años, esta leonesa es un rara avis en un deporte en el que las chicas se suelen retirar, como mucho, con 22 años. Y más, después de ser operada el pasado septiembre de la rotura de los ligamentos de su tobillo derecho.

"Es mi mejor actuación desde que salí de la operación". ¿Esperaba estar tan bien?

Conseguí un buen estado de forma para participar en los JJ OO de Londres 2012, pero el tobillo me bailaba, así que me operé en septiembre. Estuve cuatro meses con escayola y en febrero volví a la carga. Me he puesto en forma muy rápido, que es lo que más cuesta. Me alegro de poder demostrar que sigo siendo la número 1 en España.

¿Qué le ha costado más: recuperarse física o psicológicamente?

Desde el principio estuve muy concienciada. Mentalmente estaba muy fuerte porque quería recuperarme cuanto antes. Físicamente, siento que tengo un tobillo nuevo. Para competir, por no tentar la suerte, me pongo un vendaje. Lo que más me cuesta es el día a día psicológicamente. Son muchos años, con trabajo diario y me cuesta.

¿Cree que puede llegar a cansarse de ganar?

Llevo 20 años haciendo gimnasia y lo que más ilusión me hace es que me mantengo en la élite. Es lo más difícil por la edad, por los altibajos que he tenido por culpas de las lesiones o porque me echaron del equipo nacional antes de Pekín 2008. Soy una luchadora. Estuve en Atenas 2004 y nadie esperaba que llegara a Londres.

En Valladolid, se impuso en los cuatro aparatos (aro, pelota, mazas y cinta). ¿Cuál es su preferido?

Me gustan todos, pero tengo más afinidad con las mazas. Es mi ejercicio más fuerte. El cambio de código también me ha venido bien porque antes solo se puntuaba la técnica y la dificultad. Ahora se tiene más en cuenta los pasos de danza. La gimnasia es más artística.

Natalia García, segunda, comentó tras el Nacional: "El nombre, a veces, puede más que el resultado final". ¿Se da por aludida?

Lógicamente, te tienes que hacer un hueco. Llevo 12 años en la élite y yo también he sido la quinta de España. Me he hecho un nombre por mi esfuerzo. En ninguna competición sales como la número 1. He luchado mucho para estar donde estoy y el resto también tiene que hacerlo.

¿Cuál es su objetivo este fin de semana en los Juegos Mediterráneos de Mersin (Turquía)?

Igualar o mejorar el bronce de hace cuatro años en Italia.

¿Llegará a sus terceros JJ OO, Río 2016?

Río está bastante lejos en el horizonte. Mantenerme tres años en la élite mundial a mi edad son muchos años. Si tengo ganas y fuerzas ya veremos. Quiero centrarme en este año. A finales de agosto, está el Mundial de Kiev y quiero clasificarme.

¿Dónde encuentra la motivación?

Con la madurez vivo todo de otra forma. Ahora voy paso a paso. Poquito a poco y disfruto más. También encuentro la motivación en mi club, el Ritmo de León, y en mi entrenadora, Ruth (Fernández).

La crisis en las federaciones le afecta a ella directamente, ¿no?

A mí me apoya económicamente la Federación, pero, como hay recortes, ella me entrena gratuitamente, a una gimnasta de la selección española. Ruth solo cobra del Club Ritmo de León. Entrenarme a mí le cuesta dinero. Desde pequeña me ha cuidado como una madre y ella misma no sabe si haría esos sacrificios por otra gimnasta.

¿Qué opina de las mazas luminosas con las que se ha presentado su club en alguna competición?

Me parece algo innovador y espectacular. Es una buena forma de que el deporte evolucione. Antes la música la ponía un pianista y las chicas no podían llevar mallas con falditas o cristales de decoración.

Los puristas dicen que le restan protagonismo a la gimnasta.

Para nada. Se la ve mejor y le da mayor vistosidad al ejercicio. Las mazas parecen antorchas.

¿Piensa alguna vez en la retirada?

Físicamente, estoy como un toro y siento que puedo hacer gimnasia. Me retiraré cuando esté en lo alto porque sería un poco feo dejarlo cuando ya esté flaqueando.

¿Cuál es su secreto?

El secreto de aguantar tantos años es cuidarse y no irme de farra. Si no, no aguantaría.

¿Se está formando para cuando llegue ese momento?

Aunque no lo digamos, es un momento que a todos los deportistas nos da un miedo terrorífico. Estoy intentando compaginarlo con Psicología a distancia. Tengo asignaturas de primero y de segundo. Cuando me retire, terminaré de estudiar. Me gustaría seguir vinculada a la gimnasia en este campo y buscarme la vida porque nadie se acuerda de ti, si no eres futbolista.

¿La gimnasia es un deporte menos duro que cuando empezó?

Es diferente. Ahora se alarga un poco más la edad y se puede llegar a los 22 años. Es un deporte muy exigente porque se necesita estar fina, delgada, pero fuerte para aguantar las repeticiones de los entrenamientos y que tus articulaciones no se resientan mucho. Machamos mucho el cuerpo.

¿Nota que usted es una mujer y sus rivales unas niñas?

Yo juego con esa baza. Con la de la madurez y la experiencia, que me ayudan a resolver problemas que una niña de 16 años no sabe. Claro, ellas estás más frescas y compiten con la sensación de que se van a comer el mundo.

¿Le ha surgido el instinto maternal?

De momento, no. No tengo ni disponibilidad, ni tiempo, ni ganas. Tengo que vivir muchas cosas antes de eso.

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