El Servei Català de Trànsit (SCT ) instalará durante el primer semestre de 2007 un total de seis radares de ondas eléctricas,
imposibles de detectar por los aparatos inhibidores, para calibrar el rendimiento del sistema y probar su viabilidad.
Según anunció hoy el nuevo director de SCT , Josep Pérez Moya, los nuevos radares, denominados piezoeléctricos, permiten controlar con un solo aparato todos los carriles de una vía, ya que funcionan a través de un sensor instalado en la calzada que pone en marcha las cámaras.
Se colocarán en aquellas carreteras donde existe un alto grado de siniestralidad . Al tratarse de
una onda eléctrica, los aparatos detectores de ondas no pueden captarlos, por lo que los inhibidores no resultan de ninguna utilidad.
Pérez Moya explicó que ya se ha realizado una prueba piloto, pero que todavía no hay ningún aparato instalado en las carreteras catalanas.
A lo largo de 2007, el SCT instalará otros 28 radares tradicionales , ya previstos, que sumados a los seis pinzoléctricos harán que Catalunya supere el centenar de aparatos en las carreteras.
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