La base aérea de Villanubla (Valladolid) aspira a convertirse en sede mundial de la vigilancia terrestre de la OTAN y centro tecnológico de inteligencia. Cuenta con la competencia de otros 13 emplazamientos de nueve países.

El aeródromo albergaría un sistema que responde a las siglas AGS (Allied Ground Surveillance, Vigilancia Terrestre Aliada, en castellano). El proyecto permitiría recibir imágenes de cualquier parte del globo mediante la combinación de satélites y aviones espía, sin ningún tipo de limitaciones por causas meteorológicas.

Además, el centro, valorado en cerca de 4.000 millones de euros, asumirá el control en tiempo real de cualquier movimiento de tropas, según publicó hoy El Día de Valladolid.

Entre los emplazamientos que se barajan, parece ser que destacan por encima del resto Zaragoza y la ciudad polaca de Powdiz, por cuya opción se decanta Estados Unidos.

De hecho, el Gobierno español apuesta principalmente por Zaragoza, pero ha propuesto otra alternativa, Valladolid, por si el clima político y social en Aragón no la hace viable, según publicó El Heraldo de Aragón. De hecho, en Zaragoza ya se ha celebrado una manifestación en contra.

Inversiones

Allí donde se emplace deberán levantarse las infraestructuras necesarias para acometer las labores de mantenimiento y reparación de los aviones asignados. Además se constituirá un nuevo mando al que le serían destinados alrededor de 600 soldados de los diversos ejércitos que integran la OTAN.

El programa AGS se encuentra en plena fase de desarrollo y supone un avance en el campo de la vigilancia terrestre, dado que actualmente esta labor se lleva a cabo mediante fotografías que pueden llegar a acumular un desfase de hasta 24 horas y cuya visibilidad está condicionada por la meteorología.

Encargo

La Alianza Atlántica encargó el proyecto hace ya casi dos años a TIPS (en castellano, Propuesta de Solución Industrial Trasatlántica), un consorcio integrado por empresas de Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia y España, además del grupo europeo EADS, propietario de Airbus y con intereses en Valladolid a través de Aresa, (factoría ubicada en el Parque Tecnológico de Boecillo).

No obstante, además de culminar el desarrollo del programa resta una de las fases más delicadas, decidir la ubicación de la base con cifras espectaculares: una inversión tecnológica, industrial y en materia de instalaciones que ronda los 4.000 millones de euros, además de promover la creación de más de 2.300 empleos directos y 1.700 indirectos, la mayoría de ellos civiles y de alta cualificación.