La experta María Dolores García, profesora titular del área de Zoología y Antropología Física de la Universidad de Murcia (UMU), ha resaltado la necesidad de que en España se dé una mayor importancia a la entomología forense, ciencia que estudia los insectos y otros artrópodos de tipo entomológico y que se relaciona con la Administración de Justicia bien por índole criminal o civil.

García, en una entrevista concedida a Europa Press, apunta que esta disciplina "aporta conclusiones tan válidas como puede aportarlas la toxicología o anatomía".

"No somos los determinantes, pero sí uno más a la hora de la investigación", ha dicho esta experta, que considera positivo que se permitiera su acceso al lugar de los hechos donde se ha cometido un presunto crimen, por ejemplo, ya que "sería más fácil la recogida de las evidencias" con las que trabajan al "estar más acostumbrados para reconocerlas".

Y es que, señala, "hoy por hoy no hay una buena preparación para la recogida de este tipo de evidencias, que son muy delicadas porque cambia con el tiempo y hay que tener la vista preparada para identificarlas".

Sin embargo, manifiesta que esta disciplina en EEUU cuenta con "mucha tradición" e incluso el FBI "empezó a desarrollar un grupo especializado en entomología forense, cuyos integrantes pasan unos exámenes para acreditar su condición de experto en esta disciplina y poder actual como tal en un tribunal de justicia".

En esta línea, García también reclama una "actualización" de los conocimientos e instrucciones que se dieron sobre cómo proceder a la hora de la recogida de estas muestras, ya que no tienen acceso ni al lugar de los hechos ni a la sala de autopsias, sino que estas muestras les son remitidas a través de FCSE y de médicos forenses.

"Lo que está claro es que esto hay que revisarlo y habría que lanzar un procedimiento más extendido y más resumido, dar instrucciones precisas sobre cómo proceder", ha afirmado García, para después añadir que tanto la entomología forense como otras disciplinas biológicas "tienen un papel que puede resultar crucial en determinados casos para la resolución".

Un ejemplo que saca a colación sobre cómo las evidencias recogidas pueden cambiar incluso el curso de una investigación sucedió en Milán. Una anciana falleció en malas condiciones de salubridad y se acusó a la hija de abandono, ya que a la fallecida le encontraron "unas larvas de mosca de determinado tamaño y la primera conclusión fue que llevaba mucho tiempo desatendida, de forma que la hija era culpable de abandono", ha explicado.

Cuando esas evidencias fueron analizadas por entomólogos forenses valoraron la edad de los gusanos y lo compararon con las temperaturas de los días previos en Milán, que eran "extraordinariamente" elevadas, llegando a la conclusión de que el tamaño de esas larvas "se había desarrollado más por dichas temperaturas elevadas y que no había pasado tanto tiempo desatendida como habían determinado previamente, de forma que la hija dejó de ser culpable".

Cuándo actúan los entomólogos

Se requiere normalmente la presencia de los entomólogos forenses cuando el fallecimiento es "antiguo". Hay que tener en cuenta, según señala esta experta, que "los parámetros médicos son muy fiables hasta más o menos las 72 horas ocurrida la muerte, pero a partir de este tipo empiezan a perder fiabilidad, precisión y se recurre entonces a otras disciplinas forenses, entre las que se encuentra esta".

En el caso del crimen de la pareja holandesa, cuyos cuerpos se encontraron enterrados y con signos evidentes de haber sido descuartizados, dice que el asunto estaba "claro", y la investigación no necesitó de pruebas complementarias para ello.

Sobre este asunto ha comentado la posibilidad de que a los cuerpos se les echara cal viva. Su aporte lo que lleva consigo es "la desaparición de la materia orgánica muy rápido; se suele echar en las fosas comunes para evitar una descomposición prolongada y la aparición de muchos carroñeros", indica.

Por ello, advierte que el hecho presuntamente de que los cuerpos estuvieron desmembrados "llevaba como consecuencia la aparición de mucho fluido líquido y mucha sangre", lo que conlleva la aparición de una "cantidad enorme de moscas".

"Aunque estuvieran encerrados en bolsas de plástico y enterrados y añadido cal viva, los restos de sangre y de tejido tendrían que estar atrayendo a las moscas, que lo perciben a pesar del plástico y son capaces de acceder a cadáveres enterrados", ha señalado.

Igualmente, sostiene que "el hecho de cortar los cuerpos habría acelerado la llegada de las moscas, ya que hay que tener en cuenta que un cadáver sin ningún tipo de lesión es capaz de atraer moscas poco menos que de inmediato, cuanto más con lesiones abiertas con pérdida de fluidos".

Colaboración en algunos crímenes

Preguntado por su colaboración en algunos crímenes, recuerda que fueron requeridos recientemente en un caso donde la justicia española solicitó la extradición de un ciudadano canadiense que estaba en su país, acogiéndose a una serie de cosas, entre otras un informe pericial emitido por otra institución española.

Los abogados defensores del encausado solicitaron un informe pericial en Canadá a unas entomólogas forenses de "extraordinario" prestigio "y nos pidieron una contraperitación de una revisión técnica tanto del informe pericial emitido en España como de la contraperitación hecha en Canadá".

Al ciudadano canadiense se le acusaba de estar implicado en un caso de un fallecido con violencia en Toledo, envuelto en unos plásticos y "había contradicciones entre lo que testimoniaba la persona procesada y el informe pericial inicial realizado en España".

Desde Murcia, relata, se valoró tanto el informe pericial inicial que se había hecho en España a instancias de la Policía, como el informe de las entomólogas forenses de Canadá, "al contradecirse ambos". A su juicio, "el informe de las canadienses llevaba razón y el posible encausado, en virtud de esas pruebas, no se podría decir que fuera culpable".

Recuerda, asimismo, que en el triple crimen de las niñas de Alcásser "se comentó que se habían encontrado cosas con las niñas que no se tuvieron en consideración, sino que se lavaron los cadáveres con los restos y esas evidencias se perdieron y las posibles conclusiones que se hubieran podido obtener ya era imposible".

El procedimiento que siguen los entomólogos, después de tener acceso a las evidencias recogidas por las FCSE o los médicos forenses, es analizar "huevos y larvas de mosca, y algunas larvas y adultos de algunos escarabajos".

Ello puede determinar, comenta, "una aproximación a la determinación del momento de la muerte o más bien el momento en el que las moscas accedieron al cadáver, que puede ser muy próximo al momento de la muerte o no, y se tendrían entonces en consideración otras cosas".

La doctora María Dolores García, fue condecorada hace unos días, con motivo del 169 aniversario de la Guardia Civil, con la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, con distintivo blanco.