El celador de Olot se vio acorralado declarando "y podía mentir o contar la verdad", según un mosso

El médico que atendió a la última víctima no certificó su muerte porque sospechó
El celador de Olot, durante el juicio
El celador de Olot, durante el juicio
EUROPA PRESS
El celador de Olot, durante el juicio

El agente del grupo de investigación de los Mossos d'Esquadra que tomó declaración al celador de Olot, Joan Vila, en su primera comunicación como testigo ha contado que se dieron cuenta de que lo que él contaba no se correspondía con las imágenes que habían encontrado en las cámaras de seguridad del geriátrico La Caritat y que se vio acorralado por las preguntas de los agentes "por lo que o mentía o contaba lo que había hecho".

Este agente ha explicado en su declaración de este viernes por la mañana en el Palacio de Justicia de Girona que Vila en un principio no reconoció los hechos y que cuando las preguntas de la policía se dirigieron a aclarar los puntos que no cuadraban con lo que él contaba: "Paró un momento, pensó y dijo que había sido él el que le había dado un líquido a la víctima".

Según ha relatado el mosso, la sensación de la policía catalana fue que durante su declaración el celador acusado de asesinar a once ancianos entre agosto de 2009 y octubre de 2010 "miraba las consecuencias que podían tener las respuestas que daba, ya que pensaba bastante antes de contestar".

Tal como contaron este jueves por la tarde los jefes del grupo de investigación de los Mossos d'Esquadra, ha asegurado: "Cuando el acusado veía que sabíamos alguna cosa, entonces la reconocía", aunque de las tres últimas muertes, en su primera declaración como imputado reconoció la última y la antepenúltima, pero negó que tuviera nada que ver con la penúltima —un crimen que reconoció durante la inspección ocular que se hizo en La Caritat—.

De todos modos, el agente ha admitido que Vila sí colaboró en la investigación en sus diferentes declaraciones, incluso cuando confesó el resto de muertes, momento en el que ya se habían ordenado las exhumaciones de los residentes que habían fallecido en su turno.

"Su declaración concordaba con las declaraciones de los testigos y los resultados que se obtuvieron en las exhumaciones", ha añadido otro agente de los Mossos d'Esquadra en su declaración.

Junto a estos dos policías, también han declarado este viernes los agentes que acudieron al hospital donde fue ingresada la última de las víctimas de Vila y la que sirvió para destapar el caso y los que recogieron los primeros indicios y tomaron las primeras declaraciones.

Sospechas en el hospital

El médico que atendió a este víctima no quiso certificar su muerte porque había visto indicios de que podía haber circunstancias anómalas en el fallecimiento, ya que la víctima sangraba mucho por la boca y tenía la lengua ennegrecida, un síntoma claro de haber ingerido una sustancia cáustica, ha detallado uno de los agentes que fue al hospital.

Las sospechas del doctor quedaron reafirmadas cuando las trabajadoras de La Caritat contaron aquella misma noche a los agentes que la víctima "necesitaba asistencia total, incluso para beber un vaso de agua".

El juicio, que durará hasta el 7 de junio —día en que se entregará al jurado popular el objeto de veredicto—, continuará el próximo lunes con la declaración de los familiares de las once víctimas.

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