Letrado de padres de Úbeda denuncia que hicieran pruebas ginecológicas a la menor sin consentimiento

La pediatra señala ante el juez que en la exploración "no veía claras" las lesiones, si bien "duda que el origen pueda ser quemaduras"

El letrado de los padres de la menor de once años de Úbeda (Jaén) cuya custodia han recuperado tras retirársela la Junta en febrero ante la sospecha de que le habían provocado quemaduras en el cuerpo, Luis Fernando Salido, ha denunciado que los servicios sociales trasladaran a la niña a un centro de salud para aclarar el origen de sus lesiones a través de un reconocimiento, que incluía pruebas ginecológicas, sin el consentimiento de sus progenitores y en horario escolar.

Según la declaración en el Juzgado de Instrucción número 1 de Úbeda de la pediatra que llevó a cabo dicho reconocimiento, a la que ha tenido acceso Europa Press, "le llevaron a la niña sobre las 13,50 horas del 1 de febrero de 2013", si bien "el director y tutor tenían interés en que estuviera a las 14,00 horas en clase". Asegura que "apreció lesiones de forma apresurada", entre ellas, "lesiones alargadas como de rascado".

De igual modo, en su declaración señaló que le preguntó a la niña "si alguien le había hecho daño, algún niño en el colegio, contestando que no". Tras explorarla, los servicios sociales "se llevaron a la niña emitiendo un informe", aunque, precisó la médico, al día siguiente "se quiso poner en contacto con la juez de guardia, indicando que no sabía si había podido transmitir en el parte lo que había visto".

Asimismo, señaló ante el juez que "no veía claras las lesiones, pues su morfología le hacía pensar que podían ser quemaduras por cigarrillos, aunque particularmente piensa que al no tener debajo de la ropa interior no eran por esa causa". Además, apuntó que "ese día el pediatra de la niña ya no estaba, siendo ella la que se quedaba como de guardia", aunque el mismo le había trasladado "que esa niña se autolesionaba provocándose las lesiones".

Igualmente, la médico indicó en su declaración que "al verla por primera vez, sin ningún antecedente, un dermatólogo debía aclarar de qué eran las lesiones".

Por su parte, la médico del equipo de orientación del colegio, que dilucidó en un primer que se trataba de quemaduras, expresó ante el juez que "ha visto a la niña al menos en tres ocasiones en el patio del colegio, de cerca", aunque "no la ha visto de forma reservada porque los padres no se lo han consentido". Además, manifestó que "las observaciones que ha efectuado lo ha hecho por observaciones directas, en inspección ocular".

A continuación, comentó que "vio claramente que tenía una herida en la mejilla compatible con quemadura por cigarrillo, y ante la negativa de los padres a que se le hiciera un reconocimiento y la llamada del profesor y luego lo que contó el secretario, realizó la actuación que consta". A esto, añadió que "a raíz de ver esa quemadura dedujo que el resto de heridas eran quemaduras".

A preguntas del letrado de los padres, la médico aclaró "que las manchas que apreció en la primera observación visual jamás pueden ocasionarse por escoriaciones neuróticas", se recoge en su declaración, a la que ha accedido Europa Press.

Así las cosas, el letrado ha comentado que a pesar de que "los servicios sociales no tenían claro que eran quemaduras, entre la declaración del profesor que dio la voz de alarma y la doctora del equipo de orientación educativo, la Junta ya tenía material para declarar a la menor en situación de desamparo e ir al Juzgado para presentar acusación contra los padres".

"el perjuicio no era mínimo"

Tal y como ha continuado, "el perjuicio no era mínimo, sino que se valoraba algo muy grave, se estaba acusando de algo sin ni siquiera haberse corroborado y haber sacado pruebas e indicios importantes, esto es lo que indigna", ha aseverado. No obstante, Salido ha incidido en que "está claro que hay que poner coto a cualquier agresión, pero cuando se tienen de ésta pruebas suficientes".

Respecto a la negativa de los padres para que la menor fuera sometida a un reconocimiento médico, ha indicado que "los han ido engañando porque les dijeron que era una revisión rutinaria y después que era para ver si podía hacer educación física porque se le veía muy floja". Como consecuencia, los progenitores respondieron que "cuando tuviera que ir al médico ellos la acompañarían", ello sin negarse en todo caso.

Sin embargo, "como no autorizaban el reconocimiento, ni corta ni perezosa, la doctora del equipo de orientación acudió al patio del colegio, se sentó en un banco y según dice ella misma, a una distancia de cuatro o cinco metros, observó a la menor". Así fue como hizo "un diagnóstico que afecta a una menor y que sirve par imputar un delito muy grave a los padres, eso sí, tras el error cometido por un profesor que se dejó arrastrar por una situación que se presuponía muy importante", ha lamentado.

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