Alessandro Baricco: "Deberíamos poner nuestros países en manos de los jóvenes"

  • El novelista italiano visita España para presentar su nuevo proyecto.
  • Holden: una escuela donde aprender a contar historias con todo tipo de medios.
  • "Una manera de soñar, necesaria en esta crisis" lo define el autor.
Alessandro Baricco
Alessandro Baricco
Jorge Paris
Alessandro Baricco

Popular sobre todo gracias a su long-seller Seda (más de 700.000 ejemplares vendidos), aunque autor de muchos otros libros (Océano mar, Los bárbaros, Emaús...) Alessandro Baricco  (Turín, 1958) visita nuestro país por un motivo alejado de sus textos. De hecho, aborrece que se entreviste a los escritores por sus obras. Esta ocasión es diferente: le ha dado una ambiciosa vuelta a la escuela de escritura que ya tenía (30 estudiantes), y la multiplicado por ocho. En octubre no sólo enseñarán a  escribir, también instruirán sobre cómo hacer películas, actuar, crear videojuegos..., en definitiva: contar historias. Tímido y serio responde a todo, incluso a las preguntas que más podían molestarle.

No es la mejor manera de empezar, pero está feo dejarlo para el final: ¿por qué detesta las entrevistas? Lo ha dicho ya tantas veces que hasta en Wikipedia sale...

Bueno, en el fondo me divierte, aunque las deteste, porque es hacer algo que creo que no debería hacer.

Un escritor ya ha dicho lo que tenía que decir en su libro, pero cuando ese escritor es tan popular ¿no le parece que puede importar lo que diga además de lo escrito?

Es que cualquier palabra que diga tras el libro está de más, es una tontería seguro.

Esta vez, en cambio, es diferente ¿está hablando conmigo porque es de su proyecto Holden y no por un libro?

Eso es. A eso he venido. Hablar de la escuela, de un proyecto como éste, sí me parece adecuado. Pero, de todos modos, aunque desapruebe hacer entrevistas como escritor, me divierte. Me explico: me divierte hacer algo que yo mismo desapruebo. Es como mirar un sitio pornográfico.

¿Qué tiene esto de pornográfico?

Que es hacer algo que no tiene sentido.

Y hablando de lo que  tiene sentido: ¿cree que el mundo necesita escuelas como la suya para que los chicos salgan de su empacho de tele, Internet, videojuegos...?

Es necesario que haya colegios donde enseñen a escribir libros, y también a contar historias con otros soportes y medios, como Twitter, Internet... Incluso es bueno enseñarles a construir un videojuego, algo que también hacemos.

Ya que no podemos evitarlo ¿un intento por modificarlo?

Exacto: no podemos prohibir que jueguen pero sí podemos cambiar el tipo de videojuego. Y yo creo que crear videojuegos es un oficio de verdad.

Le propongo otro intento: ¿cuál es su propuesta para despertar conciencias?

Poner nuestros países en manos de los jóvenes. Tener esa valentía.

Dijo usted que en el futuro estudiarán a Steve Jobs en lugar de a Da Vinci, ¿cómo gobernarán ellos el mundo?

Esos jóvenes, igual que los de ahora, no están para gobernar el mundo de nuestra generación. Se les llama para hacer un nuevo mundo.

¿Cómo imagina ese mundo?

Lo que parece una pérdida va a ser un cambio hacia una nueva civilización. Estudiarán a Jobs en vez de a Da Vinci y serán diferentes, pero no peores. Serán seres civilizados, no salvajes o bárbaros.

¿No cree que los intelectuales y sobre todo los escritores podrían jugar un papel relevante en esta crisis?

Sí, pero como todos los ciudadanos. En esta situación cada uno ha de ejercer su oficio lo mejor posible.  Un escritor no es más importante que un funcionario.

Pero un autor consagrado llega a mucha más gente

Bueno, pero es  mejor dejarlo a los escritores con un talento especial para la reflexión política. Ahí sí puede ser útil que se pronuncien.

Uniendo su escuela y su oficio, sea sincero: ¿de verdad se puede enseñar a escribir?

Sí, es como correr. Si quieres competir en unas Juegos Olímpicos necesitas un buen entrenador. Aquí, lo mismo.

¿Le molesta que pese a todo lo que ha escrito le conozcan como el de Seda?

La suerte es que no tengo, como los cantantes y la canción que siempre les piden, que cantarla. Y me da igual, sería mucho peor decir Baricco y a continuación 'nada'. A todos los escritores les ocurre, es uno el libro que más conocidos los hace.

Su ampliación de la escuela, Holden, en Turín, como lugar para que todo el mundo pueda asistir a aprender diversos oficios relacionados con la narración, ¿es una manera de rebelarse ante esta crisis?

Pues endeudarse hasta arriba y multiplicar por ocho la escuela en mitad de esta crisis mundial me gusta, lo reconozco. Porque es una escuela hecha para oficios de sueños. Y es bueno que entren en ella, una vez dentro, están obligados a soñar.

¿Sueños como forma de rebeldía?

Los sueños son muy importantes siempre, pero sobre todo en los momentos de crisis. Y eso es lo que más me gusta de Holden. Es una buena señal que haya chicos que vengan a estudiar oficios para soñar.

¿Tiene la sensación de que falta coraje?

Sí, hay que insistir en que el hecho de que sin coraje y valentía no podemos llegar a ninguna parte. Los jóvenes tienen miedo y eso es un desastre.

Y si no le molesta, aunque sea hablar de libros... ¿Qué novela, poema o relato clásico recomendaría como reflejo de estos tiempos?

La metamorfosis, de Kafka.

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