Prohibir la pesca en reservas marinas triplica en cinco años su biomasa de peces, según el IEO

La protección de las reservas integrales de pesca ha triplicado en cinco años su biomasa de peces, según un trabajo científico sobre seguimiento de recursos pesqueros realizado en las reservas marinas de Baleares y su aplicación a la gestión del litoral.
Redes y aparejos de pesca en el puerto de Punta Umbría.
Redes y aparejos de pesca en el puerto de Punta Umbría.
EUROPA PRESS/AYTO DE PUNTA
Redes y aparejos de pesca en el puerto de Punta Umbría.

La protección de las reservas integrales de pesca ha triplicado en cinco años su biomasa de peces, según un trabajo científico sobre seguimiento de recursos pesqueros realizado en las reservas marinas de Baleares y su aplicación a la gestión del litoral.

El trabajo ha sido realizado por investigadores de la empresa pública Tragsatec, del Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Dirección General de Medio Rural y Marino del Govern.

Según este estudio, los científicos han comprobado que la recuperación de los recursos pesqueros en las zonas de prohibición total de pesca, las llamadas reservas integrales, ha alcanzado hasta el triple de su biomasa original en cinco años de protección.

Aún así, según ha explicado la investigadora del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO Olga Reñones, no todas las reservas funcionan igual, a pesar de tener una protección máxima. "La variación de los resultados dentro de estas zonas de máxima protección pone en evidencia la existencia de factores ambientales que, además de la protección, influyen en la abundancia y biomasa de peces", ha apuntado la coautora del estudio.

En el estudio se han analizado de forma pormenorizada más de 20 variables ambientales de presión pesquera en los alrededores de las reservas y de aporte de juveniles (reclutamiento). El trabajo concluye que "en condiciones de máxima protección, la interacción de corrientes con la complejidad estructural del fondo y la conectividad con aguas profundas, produce un modelo válido de variación de la biomasa de peces".

Este modelo se testó posteriormente con datos de las zonas de máxima protección del Parque Nacional de Cabrera y de la Reserva Marina del Migjorn, comprobándose su alta capacidad predictiva.

Los investigadores disponen por tanto de una ecuación que arroja biomasa de peces en condiciones de máxima conservación. De este modo, al aplicar esta ecuación en zonas explotadas puede observarse la diferencia entre lo que hay y lo que habría si no se explotase.

Sin buena conservación

El modelo desarrollado muestra que solo el 15 por ciento del litoral abierto a la pesca se encuentra en buenas condiciones de conservación; que el 46 por ciento se encuentra dentro de los márgenes de sostenibilidad aunque plenamente explotado y el 39 por ciento restante muy sobreexplotado.

En este sentido, el autor principal del trabajo, José Coll, ha explicado que la "buena gestión" que se realizó entre 2000 y 2011 en las reservas marinas ha permitido recuperar la ictiofauna, así como elaborar la investigación.

Según Coll, el estudio concluye que gran parte del litoral de la Sierra de la Tramontana está sobrexplotada y los recursos se encuentran tan solo a un 30 por ciento de lo que deberían estar en condiciones de máxima conservación. "Un sinsentido tratándose de un espacio protegido", ha valorado.

Los autores inciden en que sería necesaria una mayor coordinación entre los servicios de inspección pesquera del Gobierno de las Islas Baleares, de los agentes de medio ambiente y de los inspectores de pesca del Estado para que los recursos pesqueros de Baleares gocen de mejor salud.

Añaden asimismo que la mejora en la red de reservas marinas baleares y la inversión en vigilancia puede contribuir de forma significativa en beneficios económicos derivados de la pesca profesional de artes menores y del turismo asociado a estos espacios.

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