Vigilarán que los usuarios no abusen de los rayos uva

Los centros harán un historial con las sesiones y el tiempo de exposición. Los trabajadores están obligados a formarse y a evitar que se pasen los límites.
Son muchos los que desconocen que las exposiciones intensas y repetidas a los rayos uva pueden provocar problemas de salud, incluso un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de piel. En 2002 entró en vigor una ley nacional para evitar el descontrol que existía y, ahora, la Junta ha desarrollado un reglamento  más estricto con los centros que elimina riesgos.Por ejemplo, exigirá que se cree un historial de cada cliente, en el que consten todas las sesiones y el tiempo que han estado expuestos a los rayos durante los tres años anteriores, según consta en el borrador de este decreto al que ha tenido acceso 20 minutos.

Una ficha completa

Estas fichas personales contendrán información sobre el tipo de piel del usuario, registrarán cualquier característica del cliente, el programa recomendado y el aparato utilizado, y estarán a disposición de las autoridades.

De la misma forma, se obligará al titular del centro y al personal a pasar unos cursos de formación que serán dirigidos por dermatólogos y en los que habrá especialistas en irradiancia. Además, deberán reciclarse cada cinco años.

De consejo a norma

Hasta ahora, la mayoría de centros ya cumplía la normativa que les exige asesorar e  informar a los usuarios de los riesgos que existen cuando se toman rayos. Una vez que se apruebe este decreto, el consejo se convertirá en norma y los trabajadores deberán vigilar que se cumplen. Entre sus tareas estará comprobar que los usuarios usen gafas de protección durante la sesión. «Hay gente que por mucho que se lo digas se las quita», dice la trabajadora de un centro de Valladolid que 20 minutos visitó ayer. «También viene gente que quiere tomar sesiones dobles y por mucho que les digas lo hacen», subraya. Con el nuevo reglamento deberán evitarlo.

Cada cliente tiene su fototipo de piel

Se suelen contemplar cuatro fototipos de piel a la hora de tomar rayos uva. Los que tienen el tipo 1, la más delicada, no deberían pasar de 100 sesiones anuales, según los catálogos que hay en algunos centros; los del tipo 2, la mayoría, como mucho 120; los del tipo 3, los que casi nunca se queman en la playa, un máximo de 140 sesiones por año, y los del cuatro, los más morenos, tienen un tope de 160.

Registro de centros, será regional

Una vez se apruebe el decreto, se creará un registro de centros de bronceado. De esta forma se podrá controlar que cumplen con la normativa, ya que también notificarán los cambios que haya.

Revisar los aparatos. Una vez al año

Todos los aparatos que hay en los distintos centros deberán ser revisados, al menos «una vez al año», dice el borrador del decreto. Además, las fechas de revisión tendrán que estar visibles para el público.

Prohibido bronceadores

Los centros en los que se dan rayos ultravioletas no podrán repartir ningún tipo de producto químico que acelere el bronceado o que permita que las exposiciones a las radiaciones sean más prolongadas.

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