'Naturaleza muerta en una cuneta', un 'thriller' "muy cinematográfico" subirá este sábado, en función única a las 20,30 horas, al escenario del Teatro Bretón de Logroño un espectáculo "inusual", y que aborda temas tan dispares como las relaciones entre padres e hijos o el uso que los políticos hacen de los medios de comunicación.

El director de la obra, y también uno de sus protagonistas, Adolfo Fernández, ha presentado esta mañana el montaje, junto con otros tres de los seis actores que componen el elenco de 'Naturaleza muerta en una cuneta', una obra original del autor italiano Fausto Paravidino.

"Es un autor jovencísimo, que sorprende por la forma en la que escribe", ha afirmado Fernández, quien ha resumido el montaje como "una novela negra traspasada al teatro". Pero una novela negra "al estilo de Vázquez Montalbán, por ejemplo, que surge como un entretenimiento pero que luego se transforma en otra cosa".

La obra nace, además, "con un fuerte componente ideológico", a partir de la muerte de un joven durante unas protestas en Italia contra una reunión del G-8. Un componente que Fernández ha querido subrayar, pero sin perder el componente de misterio y componer, con todo, "una obra muy divertida".

La historia parte de la muerte de una joven de una familia italiana de clase media, cuyo cuerpo aparece en una cuneta. El inspector encargado del caso -al que da vida el propio Fernández- deberá trabajar contra reloj para solucionarlo, "con la presión de los políticos encima".

"Aunque sea una joven de familia media, lo que se quiere conseguir es que parezca ligada a la droga, a los bajos fondos, que parezca un personaje que se lo podía hasta merecer. Que la clase media pueda estar tranquila y decir que a mi hija no le va a pasar. Es enfangar la historia, algo parecido a lo que pasa hoy con los escraches", ha dicho.

Cada actor realiza más de un personaje, hasta tres en algún caso. Algo que, con todo, no les resulta complicado, excepto en los casos de cambio "muy rápido de vestuario, de unos 11 segundos", pero "no a la hora de cambiar de piel, es un reto, es enriquecedor" para el montaje, que recibió en 2004, el Premio Gassman al mejor texto italiano del año, otorgado por el público italiano.

Fernández, que ha defendido el cariz "muy cinematográfico" de la obra "porque es el mejor escenario al que llevar una novela negra, al cine", se ha mostrado satisfecho "porque, en principio, hablar de naturaleza y de muerta, en tiempos de crisis, cuando la gente parece que sólo quiere jaja, puede producir hasta rechazo, y al final no es así".

"Luego, el público se emociona, nos espera a la salida, pregunta por actores a los que no ha visto saludar, porque ha creído que cada personaje lo interpreta un actor diferente. O que una madre haya entendido que hablamos del desconocimiento entre padres e hijos y nos diga que va a hablar con su hija... Todo esto emociona", ha concluido.