Retratos de los grandes de las letras y paisajes en blanco y negro nacidos de la Leika de Muchnik llegan a Valladolid

Más de un centenar de retratos de algunas de las grandes figuras de las letras del siglo XX y paisajes, en blanco y negro, nacidos de la Leika del editor y fotógrafo Mario Muchnik, se pueden contemplar desde este viernes en la Sala de exposiciones del teatro Calderón de Valladolid bajo el título 'Instantes Robados'.
Muchnik (izq) conversa con Javier León de la Riva ante sus retratos
Muchnik (izq) conversa con Javier León de la Riva ante sus retratos
EUROPA PRESS
Muchnik (izq) conversa con Javier León de la Riva ante sus retratos

Más de un centenar de retratos de algunas de las grandes figuras de las letras del siglo XX y paisajes, en blanco y negro, nacidos de la Leika del editor y fotógrafo Mario Muchnik, se pueden contemplar desde este viernes en la Sala de exposiciones del teatro Calderón de Valladolid bajo el título 'Instantes Robados'.

Rafael Alberti, Mario Vargas Llosa, Jean-Paul Sartre, Ernesto Sábato, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite, Ryszard Kapuszinsky, Jorge Guillén, Juan Goytisolo, Gabriel García Márquez, Juan Gelman, Umberto Eco o Alejo Carpentier se adueñan, con sus miradas, de la Sala junto a las de Francisco Ayala, Simone de Beauvoir, Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar, Italo Calvino, Jorge Luis Borges o John Cage.

A estos retratos literarios, realizados desde los albores de la década de los 60 y hasta los primeros años del nuevo milenio, se suman, bajo el título 'Crónicas Viajeras', 77 escenas cotidianas de Copenhague, París, Florencia, Niza, Zurich, Oviedo, Sao Paulo, Nueva York, Saint Tropez, Avignon, Buenos Aires, Tucumán, San Petersburgo, Campo de Criptana, Greenwich, Valparaíso o Nápoles.

"Las de escritores las he hecho sin un deliberado propósito de mostrarles bajo la mejor luz", ha reconocido el fotógrafo y editor, quien en la rueda de prensa de presentación de la exposición, que reúne 119 fotografías recuperados de sus más de 50.000 negativos, ha defendido la meticulosidad con la que, aun pese a su fugacidad, captó cada una de las imágenes.

Muchnik, quien ha reconocido que su cariño por Valladolid tiene su origen en su relación con Jorge Guillén, un elemento "esencial" en su vida como editor pero también en su faceta personal y a quien llegó por medio de su poesía, ha recordado que pocas cosas han cambiado, en sus instantáneas, a lo largo de tantos años.

Lo moral,

Entre lo "no digitalizable"

"Por lo demás, es la Leika... clic", ha señalado antes de reconocer que lo que sí ha cambiado en el medio siglo que separa las primeras fotografías de las más recientes es su aprendizaje en el plano moral. "Hay dos cosas que no son digitalizables en las fotos: el encuadre, que es a discreción del fotógrafo, y el contenido moral de la foto".

Además de su papel como testigo de los tiempos, la fotografía es un método de conocimiento ya que en algunas instantáneas ha captado elementos que no percibió al captarlas, según Muchnik, cuyos 'Instantes Robados' han visitado ya Oviedo, Badajoz, Gijón, Madrid, Burdeos, Dublín, Utrech, Manchester, Zaragoza o la Casa Sefarad.

Concha Hermano, comisaria de la muestra, ha afirmado que las imágenes son lecturas que el autor hubiera escrito en caso de no haber existido las primeras y ha destacado la importancia de la situación emocional del autor antes de captar la fotografía.

"Cada instante fotografiado otorga una forma de energía benefactora que, aun no siendo del todo amable o bello, sí nos revela el resultado que provee una sabia mezcla de talento innato unido a la pasión irrefrenable que siente el autor por la fotografía", ha afirmado.

A su juicio, cada instantánea es fruto de una acción "casi fugitiva" para Muchnik, cuyos trabajos están "plasmados de signos, de escenas impares y personajes célebres inmortalizados" y cuyo tesón ha acercado sus fotografías a Valladolid.

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