Los acusados —nueve en total— por unos vertidos contaminantes de la cooperativa San Ginés y San Isidro, en Sabiote (Jaén), al río Guadalimar han basado su defensa en que "se desconoce la trascendencia" y efectos que dichos fluidos pudieron ocasionar hace ahora casi cinco años en el Medio Ambiente, tal y como han señalado en el juicio celebrado este martes en el Juzgado de lo Penal número 3 de Jaén.

Así, consideran que los vertidos, en junio de 2008, fueron parte de un "caso fortuito" basado en "la rotura producida por las lluvias insistentes en aquel tiempo", aunque afirman que los fluidos "no llegaron a contaminar el agua de dominio público". Por ello, uno de los letrados de la defensa ha manifestado que, "en base a ello, no se dan los requisitos necesarios para castigarlo como delito ecológico".

Del mismo modo, ha indicado que ha pedido "la impugnación de la recogida de muestras porque no se habían custodiado y, además, los agentes de la Guardia Civil actuantes no habían hecho inspección ocular alguna" hasta uno de los afluentes del río. En concreto, ha explicado que las muestras fueron tomadas "en las balsas de la fábrica sin saber su trascendencia", lo que a su juicio es "insuficiente para mantener la acusación" contra los imputados.

El abogado ha apunta que "primero debería haberse recogido una muestra aguas arriba del arroyo y otra aguas abajo para ver cómo han resultado contaminadas las mismas". Además, ha incidido en que "deberían haberse custodiando siempre esas muestras". "Desde nuestro punto de vista, se ha incumplido la custodia de las muestras, pues han pasado muchos días desde que se tomaron hasta que fueron analizadas".

Así las cosas, cree que "el resultado de las analíticas no puede ser concluyente". Se trata de algo "imprescindible" para que se produzca una condena por un delito ecológico, ha indicado. Por todo ello, la Fiscalía ha solicitado un año de prisión y la acusación particular un total de cuatro, mientras que los letrados de la defensa han pedido la libre absolución de sus clientes.

Cabe recordar que la delegación provincial de la Consejería de Agricultura en Jaén abrió en 2010 un expediente a la cooperativa después de que parte del contenido de una balsa llegara al río Guadalimar. Según apuntaban fuentes de la cooperativa, la incidencia estuvo motivada por las lluvias. "No se trató de un vertido como tal, sino que hubo un derrame por una fisura en la charca como consecuencia de las lluvias", precisaron.

En este sentido, señalaron que la acumulación de demasiada agua provocada por las últimas precipitaciones originó la rotura de la balsa, cuyo contenido era "fundamentalmente agua con muy poco alpechín", aunque no pudieron concretar la cantidad que llegó hasta el río.