Roque Baños: "El mayor peligro de componer para una película de terror es caer en clichés"

  • El español es el autor de la banda sonora de 'Posesión infernal (Evil Dead)'.
  • Ha ganado tres Goya y tiene otras cinco candidaturas.
  • Cuando se enteró de que se rodaba el remake se puso directamente en contacto con el director, Fede Álvarez.
El compositor español Roque Baños.
El compositor español Roque Baños.
SONY PICTURES
El compositor español Roque Baños.

El español es el autor de la banda sonora de Posesión infernal (Evil Dead), el remake de la homónima película de Sam Raimi. Esta nueva versión, que se estrena ahora en España, está dirigida por el cineasta uruguayo Fede Álvarez.

¿Cómo llega a este proyecto?

Me enteré de que el director Fede Álvarez estaba rodando la película, y le escribí un mensaje a través de Facebook. Me quedé sorprendido por su pronta respuesta, en la que me hacía saber que le encantaba mi música y que quería contar conmigo. Más tarde montó la película con músicas de otras bandas sonoras que yo había hecho antes, y esto fue lo que convenció a los productores.

¿Cómo organizaron el trabajo?

La película ya estaba montada cuando me llegó. Pasamos horas hablando sobre cómo debía funcionar la música en cada parte, probábamos diferentes cosas y siempre llegábamos a una solución consensuada. Álvarez tiene mucho talento y las ideas muy claras: desde el principio, sabía perfectamente lo que quería que la música transmitiese. Incluso, tras una dura jornada de trabajo, nos poníamos a tocar, él en el piano y yo con el saxo, para purificarnos un poco.

¿Qué debe tener una buena banda sonora de una película de terror?

El género permite moverse en las coordenadas de la música contemporánea, jugando con las sonoridades de la orquesta y el coro. En este tipo de música realmente existe algo libre, aleatorio, proveniente del músico de la orquesta, pero sin embargo todo está muy pensado y controlado. En Evil Dead he respetado esta “estructura”, aunque además he añadido un sentido gótico que nos transmite la sensación de magnitud más allá de la realidad. Además, permite introducir elementos sonoros poco habituales: en este caso, por ejemplo, incluí la sirena acústica, que es la que nos alerta del peligro que está por venir, o choques de ramas de árbol que dan un carácter agresivo.

¿Y cuál es el mayor peligro, lo más difícil, de componer para este género?

La existencia de muchos clichés. Intenté romperlos creando un tema bonito, dulce, evocador, que contrastara con la dureza de las imágenes, o un tema triste o melancólico que evoque algo más profundo que no se muestre. Eso hace que la película sea más especial y original: además, en Evil Dead este trasfondo musical enfatiza aún más toda la profundidad de la historia, que es muy bonita y poderosa.

¿Cómo compone sus obras? ¿Qué pasos sigue para hacer su trabajo?

Con independencia del género, comienzo leyendo el guión, lo que me sirve de inspiración para tener una idea clara a la hora de reunirme con el director y consensuar el estilo musical de la banda sonora. Sin embargo no empiezo a componer hasta que no me dan el montaje definitivo de imagen.

¿Le ha influido la música del Evil Dead original?

Para mí ha sido como una película totalmente nueva. Aunque conocía muy bien la banda sonora de Joseph LoDuca en la versión antigua aquí todos los temas son originales. No hemos tenido en cuenta, realmente, la música de la versión clásica.

¿Hay algún tipo de diferencia entre trabajar para una película española y otra estadounidense?

No he encontrado grandes diferencias, pero sólo puedo comentar en función de lo que ha supuesto mi experiencia en Posesión Infernal (Evil Dead). El equipo con el que he trabajado en esta película me ha hecho sentir muy cómodo. Hablamos de sentimientos y eso ha permitido que nos entendiésemos perfectamente desde el principio, ya que la música es tratada muchas veces como un personaje más de la película. También supongo que depende del tipo de película y como quiera el director abordar el tema de la música. Hay casos en los que realmente no se quieren mojar mucho y otros, como Álvarez, que les encanta estar en todo proceso creativo de su película. No obstante, está claro que una producción americana tiene una distribución más potente, y eso se nota incluso en las numerosas entrevistas que me han ido solicitando hasta la fecha. Además, en ellas, la música tiene una relevancia mucho mayor. Tal vez sea esa una de las diferencias más destacadas.

Lleva quince años trabajando en la industria del cine. ¿Cómo llegó hasta ella? ¿Le es cada vez más sencillo, por la experiencia, o cada vez más complicado, al tener una mayor exigencia y mayores expectativas que satisfacer?

Recibí una beca del Ministerio de Cultura para estudiar en el Berklee College of Music de Boston, donde me especialicé en composición para música de cine y jazz. Fue allí donde conocí a mi amigo y gran pianista Polo Ortí, que a su vez era amigo de Gabino Diego, al que me presentó en Madrid cuando regresé al finalizar mis estudios. Se quedó tan encantado con mis demos que quiso que conociese a Emilio Martínez-Lázaro, quien iba a empezar la posproducción de Carreteras secundarias. Y esa fue mi primera incursión en el mundo del cine y el principio de mi carrera. La experiencia siempre ayuda, uno tiene más control de las situaciones y mayor conocimiento, aunque cada película supone un reto. Me vuelco en cada nuevo proyecto e intento siempre partir de cero, despojándome de cualquier tipo de influencia incluso de mis propios trabajos anteriores.

¿Recuerda algún trabajo particularmente complicado?

No especialmente, pero sí ha habido bastantes que han requerido de mucho esfuerzo y mucha dedicación. Por ejemplo, uno de ellos fue La Comunidad, o Los Crímenes de Oxford.

BIO

Nació en Jumilla (Murcia) en 1968. Ha ganado tres premios Goya (por Salomé, Las trece rosas y Los crímenes de Oxford).

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