Este domingo arranca en Qatar el Mundial de MotoGP con Lorenzo como favorito junto a Rossi, Pedrosa y Márquez. El mallorquín ya no es el quinceañero que se quería comer el mundo. Ahora que lo ha conseguido la experiencia le ofrece respuestas prudentes, maduradas y comedidas.

Con 25 años y cuatro títulos, ¿qué le queda por hacer en el motociclismo?

Seguir aprendiendo y pulir detalles como piloto. Ser campeón del mundo de MotoGP es el resultado de muchos factores influyentes como la suerte, tener una gran moto, un gran equipo, que no te falle nada…. No sólo depende de tu pilotaje y de cómo afrontes el campeonato.

¿Echará de menos en la parrilla a Stoner o prefiere no tenerlo cerca?

Hombre tanto como echarle de menos… —sonríe y confiesa— yo creo que no. Pero sí que es cierto que ver a Casey por la televisión era un espectáculo. En cambio como rival es en teoría más fácil para todos, aunque en su lugar viene el joven y rápido Marc Márquez.

¿Superar la marca de Mundiales de Rossi es un aliciente para seguir?

No —afirma rotundo y sin complejos—. Creo que es casi imposible que lo consiga. Conseguir nueve títulos está al alcance de muy pocos. Rossi al principio no perdió ningún campeonato y yo ya he perdido varios así que es muy complicado conseguir nueve títulos. De momento tengo cuatro así que conseguir uno o dos más sería un buen resultado.

¿Qué supone volver a compartir box con Rossi: rivalidad sana o algo más?

El motociclismo no es un deporte colectivo en el que llevarse bien sea fundamental como puede ser en el fútbol o el baloncesto. Si congenias con tu compañero de equipo es mejor para los dos y eso es lo que vamos a intentar. Creo que somos personas más maduras, sobre todo yo que cuando llegué a MotoGP tenía 20 años y era prácticamente un niño. Somos dos personas muy competitivas que siempre queremos ganar con lo cual seguirán existiendo pequeñas fricciones pero esperemos que sean las menos posibles.

¿Nota el paso de los años en su preparación?

Por suerte no. Me siento en mi mejor momento de forma y entreno muchísimo. Pero seguramente dentro de unos años me empezaré a notar más cansado y quizá sea más difícil recuperarse después de un gran esfuerzo.

Después de tantos éxitos y tantas anécdotas, ¿cree que su imagen ha cambiado?

Sí, afortunadamente, ha cambiado mucho. Es difícil quitar el concepto que tienen algunas personas de mí, que se han quedado con la imagen que tenía en 250cc. Sin embargo hay muchísimas más que sí que me ven de otra forma porque realmente soy de otra manera. Todas las personas cambiamos a lo largo de nuestra vida y es totalmente diferente ver las cosas con 15 años que con 25.

¿Se siente más popular?

Sí, más querido por la afición.

La crisis también sacude al mundo del motor, ¿cómo se vive desde dentro? ¿La nota?

Todos los pilotos que estamos en la cresta de la ola de MotoGP somos grandes afortunados por poder hacer lo que se nos da mejor y ganarnos la vida muy bien con ello. Los cinco primeros clasificados de MotoGP no notamos muchísimo la crisis si bien es verdad que cada vez es más difícil encontrar patrocinadores y que la empresas hoy en día se piensan mucho más que antes meterse en este mundo. Mientras antes adoptaban una decisión en una semana, ahora tardan tres meses. Antes había muchísimos más pilotos que podían vivir de esto en el mundial y ahora la cantidad se ha reducido, sobre todo en las categorías de Moto3 y Moto2.

¿Se plantean posibilidades para asegurar la viabilidad económica de las categorías pequeñas?

Más que las escuderías, el organizador del campeonato, Carmelo Ezpeleta, tiene ideas para el futuro como establecer un sueldo mínimo para los pilotos de MotoGP al principio y seguramente también para los corredores de las categorías inferiores que permitirán que todos los pilotos podamos cobrar aunque sea algo.

¿Cree que son ustedes, los que están en el escaparate mediático, quienes podrían cambiar las cosas desde dentro?

Se trataría de formar una asociación de pilotos en la que todos lucháramos por el mismo objetivo, que en este momento no existe. En el futuro se podría hacer.

¿Existe unión dentro del gremio o cada uno va un poco por libre?

Hay unión. Cada viernes vamos a la Comisión de Seguridad en cada circuito, donde se habla de temas relativos a la seguridad de cada circuito y así poder mejorar la seguridad de los pilotos en cada campeonato.

Al margen del motor, ¿qué le queda por hacer en la vida?

Bastante.

¿Dónde se ve dentro de 10 años?

No sé si estaré todavía compitiendo o no. En este momento me veo con fuerza, energía y motivación para seguir unos años más. De momento he firmado dos años más con Yamaha y cuando este periodo termine, veré qué es lo que decido hacer pero me gustaría continuar durante bastante tiempo más.

¿Algún reto planeado para cuando deje de pilotar?

Cuando me retire me gustaría abrir una escuela de pilotaje para enseñar a los niños todos los secretos que sé para que aprendan a ir rápido pero también de la manera más segura posible, que eso es muy importante.

Nada que ver con el mundo del diseño gráfico y los cómics, que en ocasiones ha mencionado que le gustaba…

No porque he perdido mucha práctica. Cuando era más pequeño, en el colegio, se me daba muy bien dibujar pero a los 12 años lo dejé y ahora ya no sería un gran dibujante.

Estará al tanto de los casos de corrupción que afectan a la política española. ¿Cómo influyen al motociclismo?

Los pilotos somos personas normales que vemos las noticias y pensamos de forma muy similar a la de la gente que no es deportista.

Si se quiere ‘mojar’ y decir lo que piensa…

No soy un gran experto en política. Aunque cada vez me interesa más, prefiero de momento no hablar de lo que no sé mucho.