La tasa de éxito de los estudiantes de grado de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) se sitúa en el 84%, mientras que la tasa de fracaso baja dos puntos respecto al curso anterior y se sitúa en el 16%. Por su parte, la tasa de éxito entre los alumnos de máster es del 98,4% y la de fracaso es de tan sólo del 1,56%.

Así se desprende del II informe de evaluación realizado el Vicerrectorado de Ordenación Académica, que a través del Servicio de Estadística y Calidad Universitaria (SEQUA), ha elaborado por segundo año consecutivo un estudio a partir del seguimiento realizado en cada titulación.

Según dicho informe correspondiente al año académico 2011-2012, prácticamente todos los indicadores de evaluación mejoran respeto al curso anterior, tanto en los grados como los másters. Del mismo modo, también mejoran tres puntos la tasa de rendimiento y la tasa de créditos presentados.

Por otra parte, el grado de satisfacción general del alumnado de grado y máster también ha mejorado respeto al curso académico anterior. En concreto, el 69,2% de los estudiantes dicen que están bastante o muy satisfechos, frente el 27% que está poco o nada satisfecho.

Otro dado del informe apunta a que el 74,5% de los encuestados volverían a hacer el mismo postgrado, a pesar de que bajan las expectativas de los estudiantes de mejorar sus condiciones laborales y económicas.

En este sentido, la opinión de los estudiantes refleja que el máster cursado ha tenido un impacto laboral del 38,7%. Este porcentaje es inferior al manifestado el año anterior (44%) y muy por debajo del curso 2009-10 (72,5%). Asimismo, también desciende el porcentaje de los que manifiestan que han encontrado trabajo o han cambiado a uno mejor a causa del máster.

Mejora continua y rendimiento de cuentas

Desde el conocimiento de los "puntos fuertes y los puntos débiles", el Vicerrectorado de Ordenación Académica "apuesta por la mejora continua a partir de acciones concretas, que se complementan con las ya existentes desde el curso pasado", como son, por ejemplo, los cursos de preparación para el grado o cursos cero, la racionalización de la carga de trabajo del alumnado o la mejora del plan de formación del profesorado, entre otras.