Los alumnos espía están en todas las facultades, sentados en algún pupitre del aula, arropados por el anonimato de la masa.

Son un millar de estudiantes a los que la Universidad Complutense ha fichado para que le chiven si los profesores van a clase y dan toda la lección.

Estos días, profesores y alumnos cuestionan el nuevo sistema de control de la actividad docente implantado por la universidad.

En el Rectorado defienden su proyecto a capa y espada.

Dicen que ha recibido "el visto bueno del Consejo de Gobierno, en el que están representados profesores, Administración y alumnos".

El sistema funciona de la siguiente manera: los alumnos que aceptan participar, preseleccionados al azar entre todas las carreras, rellenan mensualmente una ficha sobre sus asignaturas.

Cuestionario exhaustivo

Se les pregunta si el profesor acude a clase, si manda sustituto en caso de no acudir, cuánto dura su clase y si da el temario completo.

Los alumnos nunca identifican al profesor, ni siquiera la asignatura o el turno.

Sí consta el nombre de la facultad, que recibe mensualmente el informe sobre el absentismo de sus docentes.

El rector cree que este sistema mejorará la calidad de la educación.

"El rector está empeñado en que la clase es un derecho de los alumnos que los profesores han de respetar, que además es su obligación y deben cumplir con su trabajo", explican.

Por el seguimiento de los profesores, los estudiantes reciben un crédito de libre elección equivalente a diez horas lectivas.

"Es para fidelizar a los estudiantes, para dar validez a la muestra", justifican en la Universidad Complutense.

"Además, tampoco es tanto. Reciben lo mismo por ser de una ONG, cantar en el coro o hacer deporte", añaden.

El 10% no da sus propias clases

La Complutense instauró el panel de alumnos para el seguimiento de la actividad docente el curso pasado.

Participaron 406 alumnos de los 1.335 a los que se lo habían ofrecido (un 30%).

Sus informes destaparon un 10% de absentismo de los profesores titulares.

Menos de la mitad mandó un sustituto, el 4,5% de las clases no se recuperaron.

La duración real de las clases fue un 89% de la oficial, dando 53 minutos por cada 60.

Cuando finalizó el estudio, el 97% de alumnos dijeron que repetirían la experiencia.