El papa dice en su misa de entronización que su poder es servir con afecto a los pobres

  • En su primera homilía ha pedido a los políticos y responsables sociales  que sean custodios de la creación y guardianes del medioambiente.
  • El Papa Francisco recuerda a Benedicto XVI y le muestra su "afecto y gratitud".
  • El pontífice pide que no haya más "Herodes" que tramen planes de muerte.
  • Hasta 132 delegaciones oficiales participan de la entronación.
  • Miles de fieles se han dado cita en la plaza de San Pedro del Vaticano.
  • Así será la ceremonia: tradición, modernidad y boato.
El papa y Merkel se saludan al comienzo de la misa de entronización de Francisco como nuevo sumo pontífice del catolicismo.
El papa y Merkel se saludan al comienzo de la misa de entronización de Francisco como nuevo sumo pontífice del catolicismo.
EFE
El papa y Merkel se saludan al comienzo de la misa de entronización de Francisco como nuevo sumo pontífice del catolicismo.

El papa Francisco pidió este martes en la misa de inicio de pontificado a los responsables políticos y sociales que sean custodios de la creación y guardianes del medio ambiente. "No dejemos -dijo- que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro".

Sobre su propio ministerio, el papa ha recordado su deber de custodio de la humanidad, un servicio que aspira a prestar "con afecto y ternura", especialmente con "los más pobres, los más débiles y los jóvenes".  De hecho, Francisco ha asegurado que el poder del papa era el servicio a los pobres. En una homilía breve y sencilla, Francisco ha vuelto a despedirse con un "rezad por mi", no sin antes reivindicar "la bondad" y "la ternura" en contraposición a los "Herodes" que planean muerte y destrucción.

Tras el mensaje central de la misa, el papa Francisco ha proseguido con la ceremonia. Los diáconos y 500 sacerdotes —protegidos por sombrillas blancas y amarillas, colores de la bandera del Vaticano— han ofrecido la comunión a los fieles en la la plaza de San Pedro y Via della Conciliazione.

Príncipes y el papa.Tras la ceremonia, el papa saludó a los mandatarios internacionales presentes en su misa de entronización, entre ellos a los Príncipes de Asturias, así como a Mariano Rajoy y su mujer, Elvira Fernández.

Una hora y media antes, pasadas las 8.30 horas, el papa Francisco llegaba a la plaza de San Pedro del Vaticano en un 'jeep' descubierto para recorrer el recinto entre los fieles antes de comenzar la solemne misa de inicio del pontificado.

A su llegada, los fieles han saludado, aplaudido, vitoreado y agitado banderas de diferentes países al paso del Pontífice, custodiado por guardaespaldas y sonriente. El Papa Francisco ha saludado con la mano y bendecido a los asistentes e, incluso, ha hecho un alto en el camino para bajar a saludar a una persona en silla de ruedas y también le han acercado niños para que los besara. Igualmente, en algún momento del recorrido ha levantado los pulgares en señal de alegría y emoción.

A la misa, que el propio Pontífice ha decidido simplificar y a la que han asistido 132 delegaciones oficiales,  han querido asistir también miles de fieles que han abarrotado la plaza de San Pedro en una soleada mañana vaticana.

Entre los asistentes, destacó la presencia del patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, dentro de las 33 delegaciones cristianas que asistieron a la misa. Además, asistió una delegación judía de 16 miembros.

Por parte de España, los Príncipes de Asturias presiden la delegación, formada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los ministros de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, Interior, Jorge Fernández Díaz y Justicia, Alberto Ruíz Gallardón. El príncipe Felipe, vestido de gala, y la princesa Letizia, con un vestido oscuro y velo. También destaca la delegación argentina, encabezada por su presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que se ha reunido este lunes con el Pontífice y ha almorzado con él.

En total,  han acudido seis soberanos reinantes (entre ellos, Bélgica y Mónaco), 31 Jefes de Estado o de Organizaciones Internacionales (Austria, Brasil, Chile, México, Canadá, Polonia, Portugal), tres Príncipes herederos (España, Holanda y Bahrein), 11 Jefes de Gobierno, asíí como delegaciones encabezadas por primeras damas, vicepresidentes, vice-primeros ministros, presidentes del Parlamento, ministros, embajadores y otros dignatarios.

La misa fue concelebrada por 180 personas, entre ellas, dos religiosos españoles: el superior de los Franciscanos menores, Padre José Rodríguez Carballo, y el de los jesuitas, Padre Adolfo Nicolás Pachón. También seis patriarcas y Arzobispos Mayores Orientales presentes y el secretario del Colegio Cardenalicio.

La decisión de simplificar la misa supuso que la lectura del evangelio se produce sólo en griego y no en latín, como se acostumbra en las solemnidades, y tampoco se realizará la procesión de las ofrendas por parte de fieles, sino que lo llevarán directamente los monaguillos al altar.

La tumba de San Pedro

Antes del inicio de la misa, el papa Francisco ha ido en procesión a la tumba de San Pedro, que se localiza bajo el altar central, junto a los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias orientales católicas, que son diez, de los cuales cuatro cardenales. En la tumba, el papa ha rezado mientras que sonaba el canto 'Tu es Petrus', como sígno de unidad entre la Iglesia de Occidente y de Oriente.

Al finalizar la procesión al sagrado de la Plaza de San Pedro y antes del inicio de la misa se llevan a cabo los ritos específicos del inicio del ministerio petrino, que son la imposición del palio, la entrega del anillo y el rito de obediencia.

El papa Francisco ha recibido la imposición del palio de parte del cardenal Protodiácono, Jean-Louis Tauran, el mismo que ha anunciado el 'habemus papam'. El Palio se coloca sobre los hombros y es hecho de lana de corderos y ovejas que recuerda al Buen Pastor que carga sobre sus hombros a la oveja perdida.

El palio entregado al papa tiene cinco cruces rojas, en representación de las llagas de Cristo. Los arzobispos metropolitanos, por su parte,  tienen un palio con cruces negras. Después de la imposición, el cardenal protopresbítero Godfried Daneels de Bélgica, ha guiado una oración.

Posteriormente, el primero del Orden de los Obispos, el decano, el cardenal Angelo Sodano le ha entregado el "anillo del pescador" que evoca a Pedro que era pescador y que Jesús lo llama a ser "pescador de hombres". El anillo "está hecho de plata dorada", ha indicado Lombardi, y lleva la figura de San Pedro con las llaves. Su autor es el artista italiano Enrico Manfrini y el papa lo ha elegido entre otros que le había presentado el maestro de las ceremonias pontificias, monseñor Guido Marini.

Mensajes del papa

En su homilía, Francisco ha explicado que el poder del papa es el servicio a los otros, "especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños, el hambriento, el sediento, el forastero, el desnudo, el enfermo y el encarcelado".  Además, ha pedido "a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social" que sean custodios de la creación y guardianes del medio ambiente.  "No dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro", les ha dicho.

Francisco también ha destacado la "coincidencia rica de significado" de la fecha, Día de San José, patrono de la Iglesia Universal y onomástica de Joseph Ratzinger, su "verdadero" predecesor. "Le estamos cercanos con la oración, llena de afecto y gratitud", ha dicho con respecto al papa emérito.

El Obispo de Roma precisó que la vocación de custodiar no sólo atañe a los cristianos, sino que corresponde a todos, "es custodiar toda la creación, la belleza de la creación, como se nos dice en el libro del Génesis y como nos muestra san Francisco de Asís: es tener respeto por todas las criaturas de Dios y por el entorno en el que vivimos".  "Es custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón", destacó.

El Pontífice ha pedido que no haya "Herodes" que tramen planes de muerte y destruyan, recordado que "el odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida" y que custodiar quiere decir "vigilar sobre los sentimientos, el corazón, porque de ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen".

Además, ha pedido, entre los aplausos de los fieles, que no se tenga miedo de la bondad, "más aún, ni siquiera de la ternura".

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