CHG anuncia una inversión de 6,5 millones para iniciar en primavera 89 actuaciones de retirada de sedimento en la cuenca

Apunta a la necesidad de reabrir debate sobre el fin de edificaciones en zona inundable, pues "hay que dejar al río su sitio"
El presidente de la CHG, Manuel Romero, a la derecha
El presidente de la CHG, Manuel Romero, a la derecha
EUROPA PRESS
El presidente de la CHG, Manuel Romero, a la derecha

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha anunciado una inversión de 6,5 millones de euros de cara a iniciar el próximo mes de abril, con previsión de término para el otoño, una serie de 89 actuaciones en 105 municipios de la cuenca —en Jaén, Granada, Sevilla y Córdoba— al objeto de proceder a la retirada de sedimentos e incidir así en el mantenimiento, conservación y mejora del Dominio Público Hidráulico con vistas a evitar posibles inundaciones en épocas de fuertes lluvias.

Así lo ha señalado en rueda de prensa el presidente del organismo, Manuel Romero, que ha comparecido acompañado del director técnico de la CHG, Juan Saura, para ofrecer un balance de la afección en la cuenca del último temporal, que a pesar de los desembalses programados llevados a cabo desde el mes de febrero ha dejado una cantidad de agua embalsada de 7.570 hectómetros cúbicos, un 93,5 por ciento de la capacidad global de los pantanos competencia del ente, partiendo desde el 86 por ciento (6.968 hm3) registrado a fecha 1 de marzo, antes del comienzo de las precipitaciones.

De las características del presente año hidrológico da cuenta el hecho de que en cinco meses se ha superado la media de lluvia de un año completo. Desde el 1 de octubre se han recogido 610 litros por metro cuadrado —la media histórica está en 581—, situación especialmente acusada en la cabecera de la cuenca, en la provincia de Jaén, habiéndose registrado 1.300 litros por metro cuadrado en Cazorla y 1.285 en el embalse de Quiebrajano.

Por el momento, la CHG, ha expuesto su presidente, continuará con los desembalses controlados, prolongando una situación que considera se ha gestionado "bien" desde el organismo de cuenca, dado que el control establecido y la laminación de las avenidas de agua que han propiciado las propias presas ha evitado daños de mayor gravedad, ante las "alarmas" que han podido causar las inclemencias meteorológicas.

Con esta misma pretensión surge el proyecto de actuaciones sobre sedimentos de cauces fluviales, producidos por la inercia de la actividad humana y que, aunque aprobadas desde el pasado 22 de febrero, verán su tramitación agilizada "para que el próximo otoño se afronte con mejores condiciones".

Resultados "históricos"

Romero ha calificado de "buena noticia" el hecho de que después de las últimas precipitaciones la cantidad de agua embalsada se haya incrementado hasta en 700 hectómetros cúbicos, lo que arroja unos resultados "históricos" que permitirán que los más de cuatro millones de habitantes que viven en la cuenca dispongan de recursos para tres años de abastecimiento y para dos campañas de riego con total normalidad.

Estando la mitad de la cuenca sin regular, las aguas caídas habrían ocasionado numerosos destrozos de no ser por la labor llevada a cabo por los depósitos, ha incidido la CHG, cuyo director técnico ha desgranado los detalles de los puntos más delicados, como Cazorla; la situación de Mogón, pedanía de Villacarrillo (Jaén), donde se ha procedido a la evacuación de varias viviendas; y los problemas vividos en Écija (Sevilla), cuyos habitantes han vuelto a sufrir una inundación.

Así, en los entornos de la Sierra de Seguras y Cazorla se llegaron a registrar 1.300 litros por metro cuadrado, mientras que el pantano de Trancos de Beas ha sido objeto de un llenado histórico que obligó a acometer desembalses progresivos para conservar un espacio para nuevas lluvias. Con todo, el río no ha superado la cota cuatro, de referencia a la hora de establecer el riesgo de anegación, y al encontrarse esta zona regulada por las infraestructuras hidráulicas —de lo contrario, los más de 200 metros cúbicos por segundo constatados habrían causado cuantiosos daños— se ha podido controlar.

Retrasos por lluvia en las obras de melonares

En Écija, y con el embalse de Iznájar "cerrado" por las circunstancias, el problema ha devenido de los arroyos. Si bien sobre el Genil se hizo una obra que funcionó "perfectamente", el conflicto fundamental deriva del Argamasilla, que divide el pueblo y que, al tener poco cauce, se desborda con las fuertes lluvias. El presidente de la CHG, a este respecto, ha recordado que los trabajos para desviar el arroyo, "única solución técnica" y que, a día de hoy, se encuentran paralizados, son competencia de la Junta, a la que ya recordó hace tiempo que "era una barbaridad dejarlos abandonados". "Es fácil que vuelva a ocurrir", ha resumido.

El ente de cuenca también ha aludido a la problemática de aquellas edificaciones en situación "alegal" que se construyen en zona inundable y que son, por tanto, más vulnerables ante la crecida del cauce fluvial. En este sentido, Romero ha apuntado a la conveniencia de reabrir el debate para no permitir más construcciones de este tipo y ver fórmulas para que las ya existentes vayan desapareciendo, puesto que "hay que dejar al río su sitio". Y es que los desembalses controlados no pueden ser mayores en algunos puntos ante la posibilidad de causar daños a estos propietarios.

Por último, ha recalcado la posibilidad de hacer más embalses en Andalucía, cuestión frenada por la gran inversión que se precisa, y ha explicado, sobre las obras del pantano de Melonares para llevar las conducciones al entorno metropolitano de Sevilla, que éstas han sufrido algunos retrasos por las lluvias, si bien en principio se mantiene la fecha de finales de 2014 como hito temporal en el que las tuberías llegarán a su destino.

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