Pobreza, desesperación, superstición, ignorancia, vileza humana... la dramática situación económica de una madre italiana ha terminado con la violación de una de sus hijas, de 13 años -según informa La Stampa-.
Todo comenzó en 2005, cuando la madre de la pequeña contactó por Internet con Antonio Laneve, un boloñés de 40 años que logró ganarse la confianza de la mujer.
Precio no económico
El individuo -que se otorgó el pseudónimo 'Kavajo'-, ante la dramática historia personal que le narró la mujer -con problemas de salud, económicos, etc.- la convenció de que él era capaz de conseguirle una vivienda en la que podría vivir sin problemas con sus tres hijas.
No obstante, tendría que pagar un precio a cambio y no precisamente económico.
La mujer debía dejarle a su hija para que Laneve pudiese realizar un ritual maya, necesario para lograr la vivienda.
Así que dicho y hecho. La madre subió a su pequeña en un autobús, que la trasladó a Bolonia.
Máscaras y objetos fálicos
Allí le esperaba Laneve, quien llevó a la niña a su domicilio -decorada con máscaras y objetos fálicos-, donde abusó de ella.
Algunos regalos de poca monta -unas zapatillas de bailarina-, así como alguna que otra amenaza, hicieron pensar al violador que la niña no hablaría.
Sin embargo semanas después, y tras una clase de educación sexual, la pequeña contó lo sucedido.
Posible reincidente
Tras ciertas pesquisas, la policía llegó hasta Laneve, quien se sospecha que podría haber abusado de otros menores.
Al verse acorralado, Laneve intentó suicidarse. Sin embargo, la policía lo evitó.
En la actualidad, el violador se encuentra aislado en una celda de la cárcel boloñesa de Dozza.
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