El objetivo del propietario a la hora de abordar la decoración de este piso, situado en un edificio centenario del madrileño barrio de Alvarado, ha sido el de aprovechar al máximo sus 40 metros cuadrados de superficie. Para ello, se ha suprimido el pasillo, con el objetivo de ganar metros y dar más amplitud al conjunto.La vivienda se compone de un recibidor con dos armarios de madera hasta el techo, que cumplen su función, ya que tienen una gran capacidad para guardar trastos. En la cocina, que actúa de distribuidor, destaca la presencia de un original frigorífico con el frontal estampado con manchas de vaca.
El salón, muy luminoso, dispone de un balcón de forja típico del siglo xix y dos ventanas. Aquí los detalles pop se multiplican, la mayoría de ellos, adquiridos en Popland, como una radio de estilo retro o un reloj con la cara de Marilyn Monroe.
Una casa ‘discotequera’
Otros detalles son los módulos cuadrangulares que hacen las veces de estanterías, adquiridos en Casa, o el retrato de Audrey Hepburn, o la alfombra en tonos naranjas, casi psicodélica.
El toque definitivo lo aporta, sin embargo, la bola discotequera, que gira y proyecta luces en todo el salón, gracias a la proyección de un foco. La decoración se completa con los pósteres de películas y fotografías de mitos del celuloide, presentes en toda la vivienda.
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