La Sonrisa de Julia: "Vivir de la música es vivir con una inseguridad económica continua"

  • La Sonrisa de Julia celebra su décimo aniversario con un quinto álbum de estudio, 'El viaje del sonámbulo', su trabajo más íntimo hasta la fecha.
  • Pese a la 'seriedad' de su trabajo, proponen más 'punch', subidones y energía ante un situación que, aseguran, no les logra arrebatar la sonrisa.
La Sonrisa de Julia son Marcos Casal (izda.) y Raúl Delgado.
La Sonrisa de Julia son Marcos Casal (izda.) y Raúl Delgado.
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La Sonrisa de Julia son Marcos Casal (izda.) y Raúl Delgado.

Cumplen diez años de carrera y su quinto disco de estudio, El viaje del sonámbulo, acaba de llegar este martes a las tiendas. El grupo La Sonrisa de Julia valora este periplo de una decada como una aventura tan emocionante como incierta. Sus nuevos temas bucean en nuevas capas de sonido y un universo más introspectivo y onírico. Hablamos con Marcos Casal, fundador, compositor, voz y guitarra de la banda.

Su discográfica dice que este disco tiene más densidad y menos intensidad. ¿Qué opinan ustedes?

Este álbum es menos rockero y más relajado de decibelios, pero tiene intensidad a otros niveles, emocional y oníricamente, y muchos sentimientos, más que nunca. Hemos arropado la voz con capas y arreglos que cobran mucho protagonismo, un concepto más a lo Brian Eno, a quien admiramos muchísimo.

Durante más de un año estuvo anotando los sueños al despertarse. ¿Qué aprendió de aquello?

Los dos últimos años han sido muy intensos para mí, con momentos de mucha felicidad y de mucho sufrimiento. Tuve a mi primer hijo y por una parte experimenté la alegría de ser padre y, por otra, perdí la libertad que tenía. Cuando tienes un hijo se produce un cambio total. Y se duerme muy poco. Cada vez que me despertaba apuntaba el sueño que había tenido y de ahí ha partido este trabajo, más introspectivo y de duermevelas. Hay una canción que habla de eso: El error más bello. A mi hijo lo adoro y por eso voy a por el segundo, pero la paternidad es muy dura.

Hablan de viajes interiores y exteriores. ¿Hacia dónde se dirigen?

En el álbum anterior, El hombre que olvidó su nombre, Raúl (el batería) y yo nos acabábamos de mudar de Madrid a un pueblecito de Cantabria que solo tiene 100 habitantes en invierno.  El disco anterior hablaba de ese tránsito físico, mientras que este constituye un viaje más interior. En el pueblo estás muy solo, no tienes cines, ni dónde ir a cenar, pero a cambio puedes pasear a medianoche con tu perro por un bosque,  hacer pesca submarina y cuando salen dos rayos de sol, disfrutar de una playa para ti solo. Es una maravilla, aunque sin muchos humanos.

Con tanta profundidad, ¿dejan algo para la frivolidad?

Claro, ya somos mayores y hemos aprendido a no tomarnos muy en serio. Han pasado diez años y creo que estamos sacando ahora lo mejor de nosotros mismos. Y ¡que estamos más atractivos que nunca, más majos y más relajados! En cuanto a los temas de este El viaje del sonámbulo, quizá sea Muévelo el que refleja esa cara más frívola. En vez de hablar de la crisis, hablamos de "mover lo que llevas dentro".

Entonces, pese a la situación actual, ¿mantiene Julia la sonrisa?

Sí, es el momento en el que hay que mantenerla. Estamos cansados escuchar desgracias. Sospecho que hay una confluencia de intereses en la que a algunas personas les interesa que estemos con la cabeza agachada porque así la sociedad es mucho más fácil de manejar. Es la teoría de las catástrofes: en el capitalismo, siempre  que hay una catástrofe hay cuatro que salen beneficiados. Por nuestra parte, tratamos de poner nuestro grano de arena. Con nuestro sencillo Muévelo queríamos dar subidón, un punch de energía, porque ya vale.

Muchos de sus miembros originales ya no están. ¿Es duro permanecer en la banda?

Sí. Económicamente tenemos subidones y bajones, no te tiene que importar vivir con una inseguridad continua. A cambio hacemos algo que nos apasiona. El teclista original de la banda, Curro Morales, a quien adoramos, tiene un trabajo en el que gana un pastizal. ¡No le podemos obligar a que renuncie a eso! De todas formas, a ver si algún día empieza a ir todavía mejor la cosa y La Sonrisa de Julia deja de ser un proyecto romántico.

¿Y qué es lo mejor de su trabajo?

Ser músico te da oportunidad de vivir experiencias muy chulas y que no están al alcance de todo el mundo. Como, por ejemplo, la satisfacción que sientes cuando un tema al fin cobra forma. O la de estar en un concierto cantando con la gente, que es una comunión muy especial... O el aplauso. Mi chica siempre dice que en su trabajo, cuando termina, nadie le aplaude. Aunque sea una frivolidad, a nosotros nos aplauden y eso hay que valorarlo.

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