La Sala Caracol (Bernardino Obregón, 18), una de las más longevas y activas de Madrid capital, fue clausurada este martes por no contar con la preceptiva licencia de Actividad e Instalaciones y de Funcionamiento y por problemas relacionados con el aforo y la seguridad.

El local, según informó el Ayuntamiento de Madrid, operaba como sala de conciertos, es decir, un uso terciario recreativo cuando el que tenía autorizado era únicamente dotacional -en su cao, del tipo equipamiento cultural, similar a un taller de enseñanza y actividades musicales.

En la inspección realizada por la Policía Municipal, sin embargo, los agentes comprobaron que  la sala contaba con elementos industriales no autorizados, como equipos de sonido, un escenario donde actuaban grupos de rock en directo, una torre metálica en la que se situaban las mesas de control y de sonido y un mostrador en el que se vendía merchandising de los grupos musicales.

Además, la Caracol tenía dos barras ancladas al suelo donde se vendían bebidas alcohólicas, cuatro botelleros frigoríficos —y no uno, como estaba autorizado— y una máquina expendedora de tabaco.

Estos usos suponían que la sala incumplía los artículos 151, 155 y 193 de la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid.

"Nos han avisado de que hay que hacer una serie de reformas por tema de aforo, es una cuestión de documentación. No es un cierre definitivo, es una cuestión de administración y estamos hablando con el Ayuntamiento para solucionarlo lo antes posible", explicaron desde el local, aunque los portavozces no pudieron precisar una fecha de reapertura.

En un comunicado distribuido a través de su página web, la sala tilda la decisión del Ayuntamiento de "trágica, injusta, inoportuna e inesperada".

El pasado 13 de febrero, 20minutos.es ya informó del cierre de otro local, la sede principal de la sala Ritmo y Compás.