La CUP ha anunciado este viernes que no apoyará la propuesta de presupuestos municipales que ha presentado el equipo de gobierno de CiU —que gobierna en minoría— de cara al próximo pleno previsto para el lunes 11 de marzo; esta decisión podría comportar que el alcalde, Carles Puigdemont, tuviera que someterse a una cuestión de confianza.

La CUP respaldó la aprobación inicial de dichos presupuestos pero ahora expone, según un comunicado, que lo que ha imposibilitado un acuerdo en la aprobación definitiva son "las diferencias en el modelo de ciudad y de gestión y no por cálculos partidistas o la voluntad de desgastar gratuitamente al equipo de gobierno".

En este sentido, los concejales de la CUP han insistido en la predisposición de diálogo expresada inicialmente y han defendido su actitud "transparente, honesta y responsable" durante la negociación.

Así mismo, han destacado que aunque se han podido introducir mejoras simbólicas, ha sido imposible "invertir" aspectos relevante y prioritarios del presupuesto como los sueldos de los cargos electos y de confianza, las partidas para el fomento de la ocupación o los convenios y la promoción turística.

Ante la posibilidad de una cuestión de confianza, la CUP ha pedido responsabilidad al equipo de gobierno y a la resta de grupos municipales para que exploren posibles "vías de entendimiento"; y es que todavía faltan diez días para la celebración del pleno.

El psc pide responsabilidad

En este sentido, el PSC —principal grupo de la oposición— ha pedido también responsabilidad el equipo de gobierno de CiU para que busque alternativas y pueda aprobar el presupuesto de 2013.

Según una nota de prensa, la portavoz del PSC, Pia Bosch, ha insistido en que "alternativas hay muchas para aprobar el presupuesto como también hay alternativas para avanzar con un programa de inversión para la ciudad si finalmente se prorroga el presupuesto", como ha pasado, por ejemplo, en el Ayuntamiento de Barcelona.