Un burgalés de 41 años de edad falleció ayer en el hospital Río Hortega de Valladolid tras pasar doce días debatiéndose entre la vida y la muerte después de haber ingerido una seta venenosa.
De nada sirvió los esfuerzos de los médicos por salvarle la vida. De hecho se le practicó un trasplante de hígado que de nada sirvió. Este burgalés es la primera víctima mortal en diez años por la ingestión de setas, según publica hoy El Día de Valladolid.
El ciudadano tuvo una confusión que resultó ser mortal. En lugar de comer un común níscalo,
"Le cambiamos el hígado, pero su situación de partida, como sucede en muchos casos, no tuvo marcha atrás", declararon los responsables sanitarios.
Sin embargo, su madre, con la que había compartido el plato, se salvó de la toxicidad y pudo recuperarse en el hospital General Yagüe de Burgos.
La temporada de setas ha registrado un número récord de pacientes intoxicados graves en Castilla y León, un total de seis.
Los síntomas de una intoxicación grave aparecen entre las 9 y las 15 horas después de haber consumido el hongo.
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