Gael García Bernal cree que los latinos ya no ven posibles nuevos absolutismos políticos

  • El actor mexicano ha presentado en Madrid 'No', la película que gira en torno al plesbicito de 1988 que sacó a Pinochet del poder.
  • Se trata de la primera cinta chilena que aspira a un Oscar.

El actor mexicano Gael García Bernal, protagonista de No, la primera cinta chilena que aspira a un Oscar, ha dicho este jueves en Madrid que a gran parte de latinoamericanos se les hace muy difícil, en estos momentos, "pensar que vuelvan a existir regímenes absolutistas" como el de Augusto Pinochet.

El actor, que ofreció una rueda de prensa junto con el chileno Pablo Larraín, director de la cinta sobre el plesbiscito de 1988 que sacó a Pinochet del poder, comentó que, "por suerte", los mexicanos "y por ende los latinoamericanos, sentimos que podemos cambiar las cosas con la participación".

"La primera vez que voté fue cuando ganó Cuauhtémoc Cárdenas y sentí que cambiaron las cosas con mi voto. Somos una generación que, afortunadamente, sentimos que nuestro voto cuenta y tenemos la libertad de expresión -no en su totalidad y no todos, ha apuntado García Bernal- pero sí como gran diferencia de lo que se vivía en el 88".

La película, explica el actor, "incita a unas preguntas muy pertinentes sobre dónde estamos parados ahora, en relación con nuestra democracia y en torno a la falta de justicia social, y por qué el mundo entero quiere perfeccionar y limpiar la democracia de todos esos aspectos que la pervirtieron en la primera parte del siglo XX".

"Queremos volver a la sensación de participación legítima; no es coincidencia que en todas partes del mundo exista esa crítica a la democracia; eso es lo que convierte a No en una película muy transcendental", ha resumido.

El actor dijo haber recomendado al presidente de México, Enrique Peña Nieto, que viera No, "porque estoy en la promoción", dijo con un guiño, pero también, añadió más serio, porque es "muy política y creo que a todos los políticos les debe interesar ver qué hay detrás de la maquinación en torno a una campaña publicitaria como ésta, que tenía muy pocas posibilidades de lograr un alcance mayúsculo".

Sin embargo, señaló que "más allá de gastar el tiempo en pensar qué ha cambiado del PRI, que ahora está de vuelta, creo que quien ha cambiado ha sido la sociedad mexicana, y por ende, la latinoamericana, que ha evolucionado muchísimo, sobre todo en discurso político, más sofisticado que el institucional".

"Creo que está en nosotros la respuesta y confío en que la sociedad latinoamericana pueda hacer mucho para que esto no vuelva a suceder y se atreva a decir las preguntas que no se hicieron, y que quedan abiertas en No, como por qué Pinochet nunca fue encarcelado ni juzgado", ha indicado.

En ese sentido, Larraín agregó que a él le hubiera dado igual dónde se juzgara a Pinochet, y le habría parecido bien, de haberlo logrado, el juez español Baltasar Garzón. "Pero bueno —se resigna el comprometido cineasta—, sólo espero que la historia y el mundo considere a Pinochet un bastardo y eso, por lo menos, es más sano".

García Bernal también habló sobre el momento del cine en su país, que, en su opinión, necesita "regular urgentemente las reglas, porque no hay y las que hay no funcionan del todo".

"No se puede consentir que llegue de Estados Unidos una película con todo el armatoste y ocupar la mitad de las salas de un país, y que nada regule eso", se quejó, y argumentó que lo contrario "daña la identidad de un país, la calidad del cine y las expectativas de las personas en el cine y su cultura, finalmente".

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