Robert Gates, el hombre al que le tocará solucionar el lío de Irak

Sustituirá a Donald Rumsfeld como secretario de Defensa de EEUU. Rumsfeld renunció a su cargo este miércoles tras el fracaso republicano en las elecciones.
Robert Gates, en una foto de archivo (Foto: Reuters)
Robert Gates, en una foto de archivo (Foto: Reuters)
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Robert Gates, en una foto de archivo (Foto: Reuters)
Robert Gates, el ex director de la CIA que de ser aprobado por el Senado
sustituirá a Donald Rumsfeld como secretario de Defensa de EEUU, es un experto en la Guerra Fría al que le tocará lidiar en breve con la "patata caliente" de Irak.

Gates, de 63 años, pasó la mayor parte de su carrera profesional en la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) y es el único funcionario que logró escalar desde los puestos más bajos hasta la dirección del organismo.

El hombre que lideró los servicios de espionaje de EEUU entre noviembre de 1991 y enero de 1993 era el favorito del presidente George W. Bush para convertirse en el "zar" de la inteligencia estadounidense.

El puesto, que ocupa John Negroponte, se creó para enmendar los problemas de coordinación entre las distintas agencias de espionaje que quedaron al descubierto tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York.

Gates rechazó la oferta y expresó dudas de que el cargo disfrutase de la influencia necesaria para ser realmente efectivo.

El ex espía, que es viejo amigo de la familia Bush, preside ahora una de las mayores universidades de EEUU -la Texas A&M University- y goza de amplio respaldo entre republicanos y demócratas, por lo que se espera que el Senado dé luz verde a su nombramiento.

"De ser confirmado, Bob aportará más de 25 años de experiencia en seguridad nacional y una reputación estelar como un líder eficaz con un juicio sensato", dijo Bush durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, en la que anunció la partida de Rumsfeld.

El candidato a dirigir la política de Defensa de la mayor potencia militar del planeta desempeñó un papel clave durante la primera Guerra del Golfo (1991), así como durante la crisis de los rehenes de Irán (1979) y la invasión soviética de Afganistán (1979).

Puntos negros: "Irán-Contra"

Su papel en el caso "Irán-Contra" de los años 80 del pasado siglo es uno de los puntos negros de su carrera e impidió que su primer nombramiento para jefe de la CIA se materializase en 1987, ante la oposición del Partido Demócrata.

Como subdirector de la CIA durante ese periodo, Gates disfrutaba de la suficiente influencia como para haber sabido que se habían desviado ilegalmente fondos procedentes de la venta de armas a Irán para financiar a los rebeldes "contras" de Nicaragua con el objetivo de derrocar al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

Gates fue investigado por el caso, aunque nunca llegaron a presentarse cargos contra él.

La CIA tuvo un importante éxito en las operaciones encubiertas en Afganistán
Aun así, durante las audiencias para su confirmación como director de la CIA en 1991 reconoció que se
habían cometido errores y dijo que debería haberse esforzado más para llegar al fondo del asunto.

El ex espía, natural de Kansas, considera que su aportación más importante a los servicios secretos tuvo lugar en Afganistán.

"La CIA tuvo un importante éxito en las operaciones encubiertas", dijo Gates en un discurso pronunciado en 1999.

El candidato de Bush a dirigir el Pentágono cree que los miles de millones de dólares que la CIA hizo llegar a las guerrillas de los "muyahidín" afganos hicieron posible que la resistencia afgana venciese al ejército soviético.

Si todo sale según lo esperado, Gates desembarcará en el Pentágono en momentos en que existe una urgencia cada vez mayor para encontrar una solución imaginativa a la guerra de Irak.

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