Muchas cosas van a cambiar ahora para el presidente Bush.
Acostumbrado a una mayoría republicana que ha durado doce años y que se ha alargado sobre sus seis primeros años de presidencia, Bush ahora tendrá que aprender a lidiar con una o dos cámaras —según lo que pase en el Senado— que le serán abiertamente hostiles.
Como asegura The New York Times, la elección de muchos de los senadores y congresistas demócratas se ha realizado además bajo la premisa de ejercer un férreo control sobre la política presidencial.
El presidente tendrá que aprender a negociar, algo que por otra parte no es nuevo en la política estadounidense y tampoco para él, que ya tuvo que enfrentarse a una situación parecida durante su época como gobernador en el estado de Texas.
Las bases conservadoras de la que ha echado mano hasta la fecha el presidente Bush han empezado a agotarse, como indica el diario estadounidense y algunos de los candidatos republicanos se han visto perjudicados por su proximidad a las ideas presidenciales.
Si la actuación gubernamental con relación a los sucesos del Katrina enfadó a muchos ciudadanos estadounidenses, el tema de Irak es el que ha hecho aflorar y ha regado el voto de castigo que ahora se ha cebado con los republicanos.
Muchos electores independientes que se califican a sí mismos como independientes o moderados han votado masivamente en contra de los republicanos.
Las elecciones se han convertido así en una especie de plebiscito sobre la actuación de Bush en Irak que pueden invitar a cambios en la política de Estados Unidos de cara a Irak.
Aunque los demócratas han asegurado que no recortarán el presupuesto dedicado a la guerra de Irak, sí se espera que investiguen y supervisen de una forma más estrecha los pasos de Bush en ese país.
El vehículo utilizado para que republicanos y demócratas trabajen conjuntamente en cuanto a Irak podría ser, asegura The New York Times, la comisión dirigida por James A. Baker III, antiguo secretario de Estado, y por un ex congresista de Indiana, Lee H. Hamilton, que tiene como fin explorar alternativas a la política actualmente desarrollada en ese país.
En el punto de mira podría estar también el secretario de Defensa, Donald H. Rumsfeld, a quien Bush prometió hace semanas mantener en su puesto hasta el final de su mandato.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios