El juzgado de Primera Instancia número 10 de Valencia ha condenado a una mujer, ginecóloga privada, a pagar 15.000 euros a una paciente, de 45 años, con la que no cumplió los protocolos de actuación y, transcurrido un año, desarrolló un cáncer de mama. La mujer acudió a su consulta tras detectarse un bulto, y la médica no le pidió más pruebas más que una citología y una mamografía.

Así consta en la sentencia remitida por el Defensor del Paciente, en la que el magistrado estima parcialmente la demanda de la víctima —representada por un abogado de la entidad— contra la ginecológica, y le condena porque no cumplió las exigencias de la 'lex artis' para estos casos, puesto que debió agotar las posibilidades de diagnóstico.

El caso se remonta al año 2008, cuando la víctima acudió en el mes de abril a la consulta de un centro ginecológico por presentar un bulto en la mama derecha de unos meses de evolución. La médica apreció en la exploración un pequeño nódulo de 0,5 centímetros. La citología que se le practicó dio un resultado negativo para malignidad, así como la mamografía, prueba para la que la mujer ya tenía fecha antes de acudir a la facultativa.

No obstante, transcurrido un año, en junio de 2009, la mujer, en vista de que el nódulo había crecido, acudió a otra consulta donde, tras la exploración, le solicitaron un estudio mamográfico. En el informe del mismo, que se pidió junto a una ecografía, constaba una imagen nodular de 34,8 milímetros de diámetro sugestiva de cáncer de mama. Entonces se sugirió practicarle una Resonancia Magnética Nuclear (RMN) de ambas mamas y una punción para completar el estudio.

Con los resultados, se decidió intervenir a la paciente en julio del mismo ejercicio, y se le practicó una mastectomía con vaciamiento axilar. En la biopsia se apreció un tumor de cuatro centímetros, con lo que tuvo recibir primero quimioterapia, y después radioterapia.

Trastorno de nervios y pérdida de audición

Como consecuencia de estos tratamientos, la mujer sufrió un trastorno de los nervios, pérdida del 60 por ciento de audición y falta total de menstruación. También padece limitación de movilidad del brazo.

La mujer, que previamente había sido intervenida de mamoplastia, denunció a la ginecóloga al estimar que no observó los protocolos establecidos para el caso de detección de un nódulo palpable en mama en una mujer de su edad, puesto que, aunque la mamografía no presentara alteraciones, no se completó el estudio con una ecografía ni con otras pruebas.

Frente a su versión, la médica alegó que en una paciente intervenida de mamoplastia, los hallazgos de nódulos son "muy frecuentes", y éstos no tienen relación con alguna con el cáncer de mama, según dijo. Defendió que la atención prestada fue "en todo momento correcta" y que no existía relación alguna entre esta revisión y la enfermedad oncológica sufrida.

El magistrado, tras estudiar principalmente los diferentes informes periciales, ha decidido dar la razón a la paciente y condenar a la ginecóloga. Mantiene que no cumplió las exigencias de la 'lex artis' para estos casos, puesto que no realizó ninguna otra prueba diagnóstica más que la citología y la mamografía. El juez entiende que la especialista debió agotar las posibilidades de diagnóstico, y que incurrió en la primera de las dos modalidades de culpa o negligencia.

Independientemente de esta praxis, el juez indica que ni la documentación médica aportada con la demanda, ni la prueba pericial acreditan la existencia de un nexo causal entre la conducta profesional de la demandada y el conjunto dañoso. "Lo único directamente probado es que la médica detectó a la palpación un nódulo de 0,5 cm y que el resultado de la mamografía practicada unos días después fue considerado dentro de la normalidad, pero no cabe afirmar con una mínima certeza si en ese momento la paciente ya presentaba un tumor cancerígeno que debiera ser tratado", afirma.