La directora del área de Comunicación de la Asociación Murciana de Consumidores y Usuarios (Consumur), Belén Rodríguez, ha advertido que los establecimientos de compra-venta de oro "es lo que más está proliferando", incluso alerta de personas que "van por la calle de las grandes ciudades con su cartel de compro oro".

Todo ello como consecuencia de la crisis, unido a la "desesperación de mucha gente, que acude más a este tipo de establecimientos", afirma Rodríguez en declaraciones a Europa Press.

Y es que, aunque no debería de haber "ningún problema o irregularidad alguna", Consumur aconseja tener precaución para "evitar ser engañados en la venta de oro". En este sentido, pide a Consumo que "se hagan más inspecciones de forma más frecuente sobre este tipo de establecimientos".

Por ello, explica Rodríguez, "si se acude a un establecimiento, que cumpla todas las garantías y se lleve a cabo la venta de manera adecuada".

El problema, en su opinión, está en que "un consumidor acuda a un establecimiento de este tipo sin asegurarse muy bien dónde está entrando, de lo que le van a pedir o lo que debe de aportar y eso hace que además, con la desesperación con la que la gente acude a este tipo de establecimientos, se puedan aprovechar precisamente de esa situación de la persona que quiere vender sus joyas".

Cuestionario previo y fotografía

De forma que pide que se tenga en cuenta que "nos deben de hacer un cuestionario previo cuando aportamos las joyas que queremos vender, con nuestros datos personales, ya que nos recogen las joyas y se inicia entonces el proceso de tasación".

Un proceso que se puede prolongar a lo largo del día o incluso llevar hasta un par de día con el objetivo de precisar el valor que tiene la joya que el consumidor quiere vender. En ese momento, debe de decidir si quiere llevar a cabo o no la venta.

Desde Consumur se aconseja que "para evitar ser engañados cuando se acuda a estos establecimientos se haya pesado previamente la joya en casa". Al hilo, apunta a que el consumidor no dispone de un instrumento de precisión correcto "pero con una báscula de cocina digital puede ser la cantidad fiable".

Igualmente, aconseja que se fotografíe la joya antes de dejarla en el establecimiento para su tasación, ya que "cuando nos digan el valor posteriormente pueden haberla cambiado por otra de menor valor o una cantidad inferior a la que tenía".

El consumidor también debe de ir informado del funcionamiento de este tipo de establecimientos, ya que "muchas veces se piensa que se van a vender las joyas por un valor similar al que le costó y eso no es así, sino que normalmente es la mitad o menos de la mitad de lo que le puede haber costado en la joyería".

"Esto es lo que determinará la tasación, teniendo en cuenta la pureza de la joya y el peso", subraya Rodríguez, para añadir que el consumidor "no tiene que sentirse engañado si se le ofrece menos de la mitad".

Además, comenta que "cuando acudamos con piezas que sean muy antiguas o el valor no se determine solo con el precio del oro, sino que se puedan valorar otros aspectos, como la antigüedad, es importante que previamente se haya acudido a una joyería y se haya consultado el valor que esa joya tendría y tener así una idea, evitando que nos la valoren por menos de su valor real".

En esta línea, puntualiza que "una de las mayores irregularidades es precisamente esa falta de información, acudir a ese establecimiento y no saber el precio al que nos van a comprar el oro". "El establecimiento, argumenta, tiene la obligación de ponerlo visible para que el consumidor lo conozca".

Otra irregularidad "frecuente", dice, "es la falta de cumplimiento de la normativa de protección de los consumidores en cuanto a carecer de hojas de reclamaciones y cartel de que hay disponible hoja de reclamaciones, como en cualquier otro establecimiento".