Las fotos de Edward Weston para ilustrar el sensorial poemario de Walt Whitman "Hojas de hierba"

  • El maestro de la abstracción fotográfica recorrió en un viejo Ford más de 30.000 kilómetros para ilustrar uno de los libros de poemas más famosos de la historia.
  • Hizo el viaje en 1940 acompañado de su esposa, sin intentar reflejar textualmente en las fotos la obra de Whitman, pero respetando su carácter de alabanza a la vida.
  • Tuvieron que interrrumpir el recorrido por el ataque de Japón a Pearl Harbour. Las fotos se exponen ahora en Boston.
Retrato de los señoresFry, en Burnet-Texas. Una de las fotos de Edward Weston para "Hojas de hierba"
Retrato de los señoresFry, en Burnet-Texas. Una de las fotos de Edward Weston para "Hojas de hierba"
Courtesy Museum of Fine Arts, Boston
Retrato de los señoresFry, en Burnet-Texas. Una de las fotos de Edward Weston para "Hojas de hierba"

Creo que una brizna de hierba no es inferior a la jornada de los astros / y que la hormiga no es menos perfecta ni lo es un grano de arena... / y que el escuerzo es una obra de arte para los gustos más exigentes... / y que la articulación más pequeña de mi mano es un escarnio para todas las máquina. Walt Whitman (1819-1892) escribió su libro más famoso, Leaves of Grass (Hojas de hierba, 1855), quizá el poemario con mayor difusión de la lírica estadounidense, como un canto epifánico a la sensualidad, una alabanza a la vida y una celebración del goce de estar en el mundo.

Ochenta y cinco años más tarde, en 1940, el fotógrafo al que llegaríamos a conocer como el maestro de la abstracción fotográfica, Edward Weston (1856-1958), que tenía sólo un año de edad cuando fue publicada la muy polémica primera edición del poemario —acusaron a Whitman de ser un apologista del sexo y un obsceno—, recibió el encargo de preparar una serie de fotos para ilustrar el libro en un volumen de lujo.

1.500 dólares por el trabajo

La encomienda le vino de perlas al fotógrafo, al que se le estaba acabando el dinero de la beca (apadrinada por su mentora, la pionera del fotoperiodismo Dorothea Lange) con la que había vivido y realizado grandes viajes fotográficos —su gran pasión— durante los dos años anteriores. Le ofrecieron mil dólares por las fotos y 500 extra para gastos de viaje. Compró un Ford de segunda mano, al que apodó Walt en honor el poeta, e hizo más de 30.000 kilómetros a lo largo de 24 estados del país.

Acompañado por su mujer, la modelo y escritora Charis Wilson, y pertrechado con una cámara de gran formato para los paisajes y una más manejable Graflex para hacer retratos, Weston afrontó el trabajo con ilusión. Le encantaba la poesía de Whitman y compartía con el poeta el ansia por buscar el alma simbólica de los EE UU, pero tenía claro que no podía reflejar con objetiva textualidad los versos cargados de poder metafórico e imágenes visuales eléctricas de Hojas de hierba y logró que los editores, la empresa de libros de coleccionista Limited Editions Club de Nueva York, le otorgasen libertad creativa.

"No creo que nadie comparta mi visión"

Desde mayo de 1940 hasta diciembre del año siguiente hizo unos 800 negativos de gran formato y casi cien retratos. Estaba convencido de que era el trabajo de su vida, aunque no esperaba superar las visiones trascendentes de Whitman.  "No creo que nadie comparta mi visión de América. Ni siquiera lo intentaría", escribió en su diario.

El viaje tuvo que concluir antes del final previsto por el ataque de la aviación japonesa a Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941 y la inmediata entrada de los EE UU en la II Guera Mundial. Weston dedicó los primeros meses de 1942 a la selección del material para el libro. De las fotos tomadas en el largo road trip, 49 fueron elegidas para aparecer en el libro.

Compleja y dinámica

La exposición Edward Weston: Leaves of Grass (Edward Weston: Hojas de hierba), que se clausura el 31 de diciembre en el Museum of Fine Arts de Boston (EE UU), muestra copias originales del trabajo, una de las series más complejas y dinámicas de la amplia obra de Weston, que retrató grandes paisajes como el Gran Cañón, pero, sobre todo, se dejó llevar por los motivos en los que es palpable la intervención de la mano de los seres humanos: desde utensilios abandonados hasta una gran presa. Hay tambien hermosos retratos, que recuperan el humanismo comunitario de Whitman.

Weston había huido a México buscando un sentido vital nuevo y permanecido en el país entre 1923 y 1937, liado en un tórrido romance con la fotógrafa comunista Tina Modotti, artista de enorme influencia en el país y amiga íntima del muralista Diego Rivera y su esposa, la pintora Frida Kahlo. Weston es uno de los fotógrafos más admirados de los EE UU, pero llevó una vida desordenada y de dilapidación. Cuando murió, el día de Año Nuevo de 1958, tenía 300 dólares en el banco. Uno de sus hijos, Brett Weston, es también un conocidísimo fotógrafo.

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