De la misma opinión es Pilar Cea, quien recuerda cómo se repartían el trabajo y buceaban en Internet para buscar relación entre las antenas y la enfermedad. Estábamos muy bien organizados», añade.

Las dos miran hacia atrás con la perspectiva que les da el tiempo y detallan los momentos más delicados: «La verdad es que hemos aguantado de todo, hasta que nos llamarán madres histéricas. Pero lo peor, sin duda, fue cuando murió Carla, después de todo lo que había luchado y peleado su madre. Fue una sensación...». «También cuando aparecieron los otros tres casos de cáncer fue muy duro», puntualiza Pilar.

Entre los ratos agradables destaca el día que el juez obligó a apagar y desmontar las antenas. «Era el último día de clase y lloramos de emoción», recuerda Margarita.

Cuando se ponen mucho más serias, es para hablar del estudio elaborado por el Instituto Carlos III, conocido hace unos días y que no halla la causa del cáncer en el colegio. «Se hizo mal y no quisieron tomar como punto de referencia el colegio, con lo que es normal que no encuentre nada. Ya lo avisamos».

Cronología

19/10/2001

Primera aparición. Participan junto con 200 personas en una manifestación para pedir que no coloquen antenas en el centro. Tres niños del colegio ya tienen cáncer.

21/12/2001

Un juez dice que quiten las antenas. Da siete días para desenchufarlas y tres meses para retirarlas del tejado.

23/12/2001

Otro caso. Es el cuarto. La Junta ordena el cierre del colegio, los padres no quieren y un juez lo reabre.

7/11/2003 y 7/05/2004

Quinto y sexto caso. El de una limpiadora que se conoce dos años después.

10/04/2003

Fallecimiento. Muere a los siete años una de las niñas.

4/12/2004

Un juez cierra el caso.  Dice que no hay pruebas objetivas de un delito.