Los servicios de Consumo de la Consejería de Administración Local y Relaciones Institucionales de la Junta de Andalucía están llevando a cabo una campaña de inspección entre al menos 60 videojuegos de doce marcas distintas para comprobar que su etiquetado se ajusta a lo establecido en la normativa en vigor.

En una nota, la Consejería ha enmarcado esta actuación en el plan anual que desarrolla la Junta para "la defensa de los derechos e intereses de los consumidores", y ha precisado que en ella se inspeccionan "al menos cinco artículos correspondientes a doce marcas diferentes de videojuegos".

En concreto, en virtud de esta campaña, se comprueba que el producto esté etiquetado y que se indique su denominación, así como que la información publicada sea "clara, legible y aparezca en un lugar visible", así como esté escrita en castellano. Además, en el marco de esta campaña se va a proceder a comprobar que figuran las "advertencias y recomendaciones" sobre el uso del producto, su instalación, mantenimiento, manipulación, así como el precio de venta al público, entre otros datos.

Según las cifras difundidas por la Junta, en el pasado ejercicio ya se llevó a cabo una campaña de inspección en videojuegos durante la que se realizaron un total de 84 controles en los que se detectaron incumplimientos en un 39,28 por ciento; en concreto, en 33 artículos.

Así, un 25,33 por ciento de los videojuegos revisados no incluía en sus etiquetas el domicilio del fabricante, envasador o vendedor establecido en la UE, mientras que las etiquetas de otro 6,57 por ciento de artículos no incluía información en español.

El incumplimiento de alguna de estas obligaciones se considera una falta leve y lleva aparejada sanciones por importe de entre 200 y 5.000 euros, de acuerdo con la Ley 13/2003, de 17 de diciembre, de Defensa y Protección de los Consumidores y Usuarios de Andalucía.

Código pegi

Por otro lado, en la presente campaña también se presta "especial atención" al Código PEGI, un instrumento de autorregulación del sector de videojuegos que, según el departamento que dirige Diego Valderas, permite a los consumidores, usuarios, padres y educadores, obtener información sobre los videojuegos que se venden en España o en cualquier otro país europeo.

De esta manera, las empresas de videojuegos voluntariamente adheridas al citado código deben ofrecer información sobre la clasificación por edades y contenidos. En concreto, tienen que indicar, por símbolos, si el producto va dirigido a mayores de tres, siete, doce, 16 o más de 18 años, así como si el juego contiene material que pueda favorecer la discriminación, hace referencia o muestra drogas, puede asustar o provocar miedo a los niños, así como si puede jugarse en red.

Además, otros símbolos empleados indican si aparecen escenas de desnudos o referencias sexuales, representaciones violentas, si fomentan los juegos de azar o si emplean "un lenguaje soez".

Recomendaciones en la web

Asimismo, la Junta ha anunciado que uno de los microespacios con recomendaciones que la Secretaría General de Consumo tiene previsto publicar próximamente a través de la plataforma multicanal de Consumo Responde —'www.consumoresponde.es'—, con el apoyo de las redes sociales, está dedicado a los videojuegos e incluye recomendaciones para hacer una "compra responsable" de unos productos que "en Navidad adquieren gran protagonismo".

Además, Consumo recomienda que se compruebe la existencia de la etiqueta, en la que debe figurar, en castellano, tanto la denominación del producto como el nombre o razón social y domicilio del fabricante, envasador o vendedor establecido en la Unión Europea, y aconseja elegir el videojuego "en función de su contenido y de la edad del usuario".

Finalmente, recomienda al consumidor que exija al vendedor el ticket o factura de compra como "está obligado a hacer", ya que el comprobante "será de gran utilidad si fuera necesario solicitar la devolución del producto", a la vez que recuerda que los establecimientos "deberán disponer de hojas de quejas y reclamaciones a disposición de los consumidores", algo que deben anunciar "claramente" a través de un cartel.