La normalidad ha vuelto a la red de Cercanías de Renfe un día y medio después de que una avería producida por una máquina de la empresa constructora OHL en Can Tunis (Barcelona) provocara un día y medio de caos en las líneas C-2 y C-10.
Renfe cifró ayer en 50.000 el número de pasajeros afectados por esta avería ocurrida el domingo al mediodía cuando una máquina rompió un cable de alta tensión provocando retrasos de hasta tres horas y provocando la suspensión de la línea que une por tren la estación de Sants con el aeropuerto del Prat.
La compañía ha anunciado que estudia la posibilidad de reclamar daños y perjuicios a la empresa constructora OHL.
Según fuentes próximas a Renfe, esta decisión tiene como objetivo "hacer partícipe" a la empresa responsable de la avería "de la crítica situación" que se vivió ayer en Barcelona "y en defensa de los derechos de los ciudadanos y del interés público".
Algo ya habitual
La incidencia de ayer se suma a otras ocurridas en los últimos meses en los accesos a Barcelona y Sant Sadurní a causa de problemas en las obras del AVE que acaban afectando a los usuarios de la red de Cercanías.
El secretario de Movilidad de la Generalitat, Manel Nadal, ha reclamado explicaciones a Fomento por estos incidentes, un calendario para saber cuando acabarán las obras del AVE y una propuesta en la que "pedimos que se haga un plan de inversiones en la red de Cercanías de manera urgente".
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