La vida es sueño... y Patti Smith llegó a Madrid para contarlo

  • La cantautora y rockera presentó los temas de su último álbum, 'Banga', y dio un repaso a sus grandes éxitos en la sala madrileña de La Riviera.
  • Unas 1.300 personas vibraron con temas como 'Because the night', 'People have the power', 'Gloria' o 'Dream of life'.
Patti Smith, durante el concierto que ofreció en Madrid su disco 'Banga'.
Patti Smith,  durante el concierto que ofreció en Madrid su disco 'Banga'.
Alberto Martín / Efe
Patti Smith, durante el concierto que ofreció en Madrid su disco 'Banga'.

Roquera, poetisa, madre, amante, viuda, amiga... Patti Smith, la mujer que -como indica el título de un famoso libro- ha vivido para contarlo, llegó el jueves a Madrid para hacer tangibles sobre el escenario sus 65 años de experiencias y cantarlos como si de un sueño se tratara.

En su concierto en sala La Riviera, esta leyenda estadounidense presentó brevemente su último disco, Banga (2012), y ofreció algunos de esos célebres éxitos suyos dedicados al amor (Because the night), la esperanza (People have the power), la religión (Gloria) y la vida misma (Dream of life, que diría Calderón de la Barca en inglés).

Smith, que no anda falta de voz pese al avance de los años, se ha codeado con sus cómplices seguidores (unos 1.300 según la promotora) en una íntima velada en la que la 'madrina del punk' no tenía nada que demostrar tras casi 40 años de carrera.

Sin escenografía y con unos sencillos juegos de luces, se presentó ante el público con vaqueros, americana y chaleco negros y ese cabello enmarañado que es símbolo de la casa y que tantas veces inmortalizó su malogrado amigo Robert Mapplethorne.

Junto a ella, sus músicos habituales, a destacar la soberbia actuación del guitarrista Lenny Kaye, tan brillante como la propia Smith con sus resbaladizos y cálidos punteos en temas como el mencionado Dream of life.

Amable, maternal, simpática, traviesa y a veces incluso un tanto cáustica ("si seguimos destruyendo la naturaleza, ella vendrá y nos barrerá a todos", ha dicho), la artista apenas ha perdido la sonrisa, demostrando que sigue sobre el escenario porque le gusta.

Con un repertorio especial, diseñado para la ocasión, la canción escogida para arrancar en Madrid ha sido April fool, una de las nuevas, a la que ha seguido su versión del tema Redondo Beach, haciendo alarde desde el principio de su vena más teatral.

"¿No soy una chica afortunada, aquí sola rodeada de hombres?", ha dicho en tono jocoso sobre sus cuatro compañeros de escenario ante una audiencia que no le iba a la zaga en edad y entre la que no faltaban mujeres.

Banga, el tema que da título a su primer disco de material nuevo en ocho años tras Trampin (2004), ha sido el siguiente en sonar. Dedicado al perro de la novela El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov, en su psicodélica interpretación no han faltado tampoco ladridos de canes.

Con uno de los clásicos, Dancing barefoot, el espectáculo ha entrado en calor y ha arrancado los primeros grandes aplausos, justo antes de llevarlo a otras coordenadas más reposadas con Gandhi, seguido de My blakean year, recitando tanto como cantaba.

Ha relatado entonces que fue durante su último concierto en Madrid, el pasado verano en el Teatro Español, cuando recibió la noticia de la muerte de Amy Winehouse y que fue allí donde alumbró el poema que daría lugar al también reciente This is the girl, dedicado a la malograda diva con su cadencia soul.

No ha sido el único fantasma que ha sobrevolado la sala. También el escritor Roberto Bolaños, por el que la artista profesa una gran admiración, ha tenido su homenaje con Dream of life, que ha deparado una auténtica ebullición roquera gracias a un larguísimo crescendo de guitarras y reminiscencias celtas.

"Te queremos", gritaba el público entre aplausos, y ella respondía en castellano: "Te amo todo".

En esas andaban los amantes, cuando llegó el turno de la canción por antonomasia, Because the night, escrita junto a Bruce Springsteen y coreada por todos los asistentes.

Smith siguió mostrando matices, desgarrada en Pissing in a river, conmovida en Peaceable kingdom y a ritmo de blues en  Gloria, una de sus primeras piezas y otra de las más aplaudidas, con ese final en el que muta hacia una misa góspel, toda vez que en ella se despoja de todo lastre del pecado venial.

Como certificando que esto no era real, para los bises ha recuperado el It's a dream de Neil Young en una tesitura dulce, emotiva y lírica, justo antes de entonar otro de sus himnos, People have the power, dedicado a la gente que -como el miércoles en las manifestaciones de toda España, señaló- mantienen la llama.

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