Irá al juez mañana si el hospital no acepta su voluntad de morir

Su abogado esperará a que el centro facilite que la mujer haga el testamento vital. En caso contrario, pedirá un requerimiento.
Inmaculada expresó su deseo de morir en rueda de prensa (Torres).
Inmaculada expresó su deseo de morir en rueda de prensa (Torres).
Inmaculada expresó su deseo de morir en rueda de prensa (Torres).
Si el Hospital de San Rafael de Granada no facilita que Inmaculada Echeverría haga su testamento vital antes de mañana, su abogado, Ignacio Fernández, pedirá un requerimiento para hacer efectivo el trámite, en el que esta mujer exprese su deseo de ser desconectada del respirador automático que la mantiene con vida desde hace nueve años.«Esperamos que el centro actúe de oficio después de que Inmaculada haya dicho que quiere morir tantas veces –explicó el letrado a 20 minutos–, no nos gustaría llegar a los tribunales».

Ignacio concretó que Inmaculada, al contrario de lo que se dijo inicialmente, aún no ha hecho el testamento vital y que debería ser el hospital –concertado y de confesionalidad religiosa– el que avisase a la Consejería de Salud para que visiten a la paciente y recojan su último deseo, la muerte inmediata.

Comisión ética

Superado ese trámite, una comisión ética del Servicio Andaluz de Salud (SAS) decidirá a favor o en contra de que Inmaculada sea desconectada del respirador. Sin embargo, todo hace presagiar que este órgano derivará el asunto a los juzgados, lo que, según calcula el abogado, podría demorar la resolución del caso varios meses.

De momento, Ignacio pedirá hoy mismo al centro el historial médico de Inmaculada. Además, también hoy, la mujer recibirá la visita de representantes de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, a la que hace unos días remitió una carta pidiendo apoyo.

Una enfermedad muscular que le diagnosticaron a los once años dejó a Inmaculada postrada en una cama hace tres décadas. A los 29 años decidió que no quería seguir viviendo. Ahora tiene 51.

9 años pidiendo un teléfono

El abogado de Inmaculada ha lamentado que el Hospital de San Rafael haya hecho «oídos sordos» a muchas de las peticiones que su clienta ha realizado al centro. Sin ir más lejos, Ignacio Fernández afirma que esta mujer ha estado pidiendo y esperando que le pusieran un teléfono en la habitación desde hace nueve años. Al parecer, según relata, ese teléfono no empezó a funcionar hasta el mismo día en que el caso de Inmaculada saltó a los medios de comunicación.

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