El Parlamento portugués aprobó ayer una moción para convocar un referéndum que legalice el aborto, el pistoletazo de salida para lo que podría ser una conflictiva campaña en un país muy católico.

Si el referéndum sale adelante, la pregunta que quieren plantear los socialistas es la siguiente: "¿Está de acuerdo con la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo en las 10 primeras semanas, en un establecimiento sanitario legalmente autorizado?"

En previsión de lo que vendrá, el líder de los socialistas en el Parlamento calificó la actual ley (que penaliza el aborto) de detestable.

"Nuestras leyes nos dejan aislados en Europa y dan la idea de un estado portugués retrógrado e inhumano", declaró el diputado Alberto Martins en su discurso ante la abarrotada cámara.

Los socialistas, que prometieron celebrar la consulta en la campaña para las elecciones generales del pasado mes de febrero, quieren despenalizar el aborto en las 10 primeras semanas de embarazo.

Ahora las mujeres que se sometan a la interrupción voluntaria del embarazo pueden acabar en prisión.

Portugal es uno de los pocos países europeos que todavía prohíbe el aborto, legalizado sólo si la salud de la madre está en peligro, en caso de malformación del feto o en caso de violación.

Martins dijo que todo el mundo puede tener su opinión, pero que "ni una persona ni una iglesia" puede decidir enviar a prisión a una mujer que aborte en las 10 primeras semanas de embarazo.

Los socialistas, los socialdemócratas y una agrupación de partidos de izquierda (que suman mayoría en la cámara) votaron a favor del referéndum, que tendría lugar a principios del próximo año, aunque todavía tiene que ser aprobado por el presidente de la República, el conservador Anibal Cavaco Silva.

Los cristianodemócratas de derecha dijeron que harán campaña contra la legalización.

Rechazo en el 98

En 1998 se celebró otro referéndum, en el que el aborto fue rechazado por un escaso margen, pero los socialistas creen que no fue representativo por la baja participación.

El primer ministro, Jose Socrates, dijo en una rueda de prensa celebrada esta semana que hará campaña para permitir el aborto porque la ley actual ha creado lo que calificó de "una de las heridas más vergonzosas de Portugal los abortos clandestinos".

La Asociación de Planificación Familiar ha calculado que cada año hay unos 20.000-40.000 abortos ilegal en Portugal.