La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a 12 años de prisión a un individuo de 39 años por agredir sexualmente en julio y agosto de 2010 a dos mujeres, a quienes amenazó de muerte y coaccionó con una botella rota en el cuello para consumar la violación. Una de las víctimas logró huir aunque sufrió lesiones de las que tardó en curar 15 días.

La sentencia de la Sección Primera, a la que tuvo acceso Europa Press, impone al procesado, de nacionalidad lituana, penas de cuatro años de cárcel como autor de un delito de agresión sexual en tentativa y ocho años de prisión por un delito de agresión sexual y le condena a indemnizar con 6.450 y 20.300 euros a las víctimas.

Según recoge el fallo, R.P. abordó a la primera de las mujeres en un salón de juegos de la capital donde ella trabajaba como empleada en julio de 2010. Así, esperó a que terminase de trabajar y, después de invitarla a unas copas, cuando ambos caminaban por la calle, la empujó y la forzó a entrar en un vehículo, donde intentó violarla con golpes y amenazas de muerte. La víctima, quien opuso una fuerte resistencia, logró zafarse y huir aunque sufrió, como consecuencia de la agresión, hematomas por todo el cuerpo de los que tardó en curar 15 días.

El segundo ataque lo perpetró en agosto de ese mismo año. En este caso se ofreció a ayudar a una mujer que se encontraba en la estación Intermodal y a la que dijo que disponía de un lugar para dormir. Una vez en la vivienda, y aprovechando que la víctima estaba dormida, la agredió sexualmente. Para vencer su resistencia, le puso una botella rota en el cuello y le dijo que el iba a "cortar la yugular y que nadie lo iba a saber". La víctima tardó en curar de sus lesiones diez días y padece estrés postraumático y trastorno depresivo.

El tribunal de la Sección Primera subraya en el fallo la coherencia de la declaración de ambas víctimas, que hicieron el mismo relato en instrucción y ante la sala" y remarca que la tardanza en la interposición de denuncias "no les resta" verosimilitud como alegó la defensa del procesado sino que responde al "shock emocional" que padecían y al "sentimiento de vergüenza".

Considera "reveladoras" las fotografías que obraban en la causa sobre las lesiones que sufrieron y asegura que carece de fundamento la versión exculpatoria de R.P., quien afirmó que las acusaciones tenían como objetivo "sacarle dinero".