A las 11 de la mañana sólo los que habían madrugado mucho optaban a poder ser atendidos. El estudiante panameño Alberto, como muchos otros, estuvo el lunes en la cola todo el día y se quedó a las puertas. Ayer volvió a las cinco de la madrugada para renovar su NIE de estudiante. Rossy Pérez, domicana, acaba de llegar y volverá hoy «a las tres de la madrugada» para asegurarse que podrá ser atendida.
Muchos denunciaron la desorganización y falta de interés de la comisaría. Jose Pablo, venezolano, es uno de ellos. Dice que ha estado en todas las colas de Barcelona y que no se necesita más personal, «sólo 150 1 para poner unas vallas para evitar que la gente se cuele».
Ricardo es colombiano y estudia un doctorado de Derecho Penal. Cree que se debería contabilizar cuánta gente hay en la cola. «Saben que cada día atienden a 250 personas, pues que entreguen sólo esa cantidad de fichas y en el momento ya sabes si podrás ser atendido».
Comisaría referente
Según la Delegación del Gobierno, no es obligatorio hacer la renovación del NIE en la comisaría de Balmes, sino en cualquier otra de Barcelona. Pero, igual que pasa con el DNI u otros trámites, la de Balmes es la de referencia. Los inmigrantes se quejan de días de espera para un trámite que dura «dos minutos».
«¡Aquí no se puede ir al lavabo!»
Las largas horas que tienen que aguantar las personas que van a hacer algún trámite a la comisaría de Balmes provocan cansancio, hambre... y ganas de ir al servicio. En este último caso, la solución pasa por ir a un bar o buscarse un rincón, ya que el policía que custodia la puerta trasera de la comisaría se muestra intransigente. Tener un número de espera no da derecho a poder usar el servicio. «¡Aquí no se puede ir al lavabo!», reciben por respuesta los inmigrantes.
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