Julio Medem: "La derecha española es católica y cateta"

  • Entrevistamos a Julio Medem, que tiene en cartel 'Siete días en La Habana'.
  • Dirige uno de los siete capítulos que componen esta película colectiva.
  • "El Gobierno tiene deseo de revancha contra el mundo del cine", asegura.
El director de cine Julio Medem, en una imagen de archivo.
El director de cine Julio Medem, en una imagen de archivo.
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El director de cine Julio Medem, en una imagen de archivo.

El cineasta estrenó, hace unas semanas, Siete días en La Habana, una película colectiva en la que también participan Benicio del Toro o Pablo Trapero. Además de cine, Medem nos habla de su carrera, de cómo está el cine español y de cómo pueden afectarle los recortes y la subida del IVA.

Su última obra es un capítulo de Siete días en La Habana: ¿Es muy distinto rodar un corto a un largo?

No lo sé... No quería verlo como un corto, sino como una parte de una película colectiva en la que yo tenía que narrar un solo día. No supuso ningún problema.

¿Conocía La Habana?

Sí, y me encanto. Fueron cuatro días, en 1996, y me llamó la atención la gente, cómo viven en comunidad, la cercanía humana y cómo están, siempre, en la calle. También su talento para la música, el cine... Es gente hermosa, y muy interesante.

Ahora ha vuelto para rodar: ¿Sintió algún control o censura?

Sé que los guiones de cada corto tuvieron que pasar por el Instituto de Cine Cubano, y que con alguno hubo problemas, pero no con el mío. No me sentí vigilado.

¿Por qué irse a Cuba a rodar una película de quince minutos?

Estaba viviendo en Los Ángeles, donde escribía una novela, Aspasia,sobre la Grecia del s.V. Sabía que tenía que reinventarme, y sigo soñando con que la novela se convierta en una serie rodada en España... Y, mientras, me llegó la oferta, el viaje a Cuba...

¿Por qué dice que tenía que reinventarse?

Porque el cine en España... Después de ver cómo se pirateó Habitación en Roma, la salvajada que se hizo con ella, y que aquí pareciera lógico, vi que me tenía que ir. Porque en España robar, porque no tiene otra palabra, parece normal, y eso hace mucho daño. A eso se le suma, claro, la campaña de desprestigio que vive aquí la gente del cine, a quienes se nos tilda de vagos.

¿Se siente peleado con España?

Con La pelota vasca viví mucho desgaste y perdí público, eso está claro. Es algo que acepto, que incluso entiendo, pero es que la situación de este país es especial... Cada vez va menos gente al cine, y el futuro no parece mejor. Así que decidí irme a vivir a Los Ángeles.

¿Cómo se ve, desde allí, España?

No quiero sembrar desánimo, y aunque entiendo que mucha gente se queje creo que hay que trabajar. Yo quiero regresar, rodar Aspasia en España, contratar técnicos españoles... Y no sólo eso: tengo un guión maravilloso para una película que toca todo lo que está pasando, englobado en la mejor historia de amor que haya escrito nunca.

¿Y qué quiere contar de este país?

Que tras la especulación internacional, ese monstruo que nos está devorando, debemos todavía más que cuando empezó todo. Hay crisis y es verdad que se han hecho muchas cosas mal, sobre todo a nivel inmobiliario, pero lo que están haciendo ahora es demasiado duro.

¿Y a los cineastas? ¿También les están dando duro?

Es una estrategia calculada, un gobierno que nos abandona... Pero todo está calculado, porque hay un interés por parte de este gobierno, un deseo de revancha. Y que conste que directores somos pocos, y que si nos vamos al paro todos no pasa nada, pero es que se están cargando toda una industria maravillosa y llena de gente muy preparada. Ojo: esto se sabía, y me consta que hace un año empezaron las reuniones entre la gente del cine y el gobierno, para explicarles que con muy poco dinero se podría mantener la industria. Pero lo han ignorado, cuando el dinero que se destinaba al cine no es nada comparado con lo que se da, por ejemplo, a un banco. Estos recortes no tienen más sentido que disparar contra la línea de flotación del cine español para que se hunda.

Y usted, mientras, en Los Ángeles.

Quería desconectar un poco, porque yo soy un director de cine, más allá de mi nacionalidad. Ya lo he hecho, y ahora quiero luchar, porque no hay que dejar que el gobierno disfrute con todo lo que está pasando. Volveré, porque aquí hay mucho talento, y se puede trabajar muy bien.

¿Dónde nace esta situación?

Creo que es algo antropológico... La derecha española es cateta, no le gusta la cultura. En Francia o Alemania es al revés, pero aquí siempre ha sido católica y cateta, y ve a la cultura como un enemigo. Eso sí: cuando tienen el poder, se les ve el plumero. Se ve que actúan de una manera perversa.

¿Y las protestas en la calle, cómo las ve?

Como eso, como una protesta muy importante de la sociedad... Que Rajoy y compañía ignoran. Prefieren felicitar a la Policía, y eso aumenta una impotencia, una frustración, ya enormes.

¿Cambiará algo en el futuro?

Sí, estoy convencido. El problema es que mucha gente, cada vez más, quiere irse.

Como usted, sin ir más lejos.

Sí, pero estoy concienciado. No le he dado la espalda a España... He estado muy inmerso en una novela, y ahora estoy aprendiendo muchas cosas en Los Ángeles. Por cierto: allí, aunque hay un nivel impresionante, he notado mucho respeto por los cineastas europeos, mucha consideración, así que como esto siga así serán muchos más los que se vayan.

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