El jurado popular que ha juzgado esta semana a la mujer de origen gallego Mónica J.F. ha emitido su veredicto y la considera culpable de asesinar en Menorca en el año 2008 a su hijo de 9 años, César, y meter después su cadáver en una maleta que abandonó en el campo.

El fiscal ha pedido una pena de 20 años de cárcel por asesinato para la mujer, al considerar que mató a su hijo con alevosía y la agravante de parentesco. Mónica J.F., de origen gallego y 34 años de edad, reconoció haber abandonado en una maleta el cuerpo de su hijo en el verano de 2008 y confesó el asesinato tras ser arrestada en 2010, pero se desdijo esta semana de sus palabras ante el jurado asegurando que no recordaba el momento de la muerte.

Sin embargo, el jurado ha aceptado la tesis del fiscal de que le mató con alevosía y no ha admitido la amnesia como una causa eximente.

Los forenses que declararon en la vista aseguraron que la mujer padece un trastorno antisocial y "no tiene sentimientos por nadie", así como que el contexto en que se encontró el cuerpo del niño -dentro de una maleta abandonada en el campo y con los objetos personales del menor dentro- les llevó a descartar un accidente.

También desecharon que la mujer padezca una enfermedad mental, aunque sí un trastorno de conducta antisocial, que se caracteriza porque la persona es "deshonesta, con tendencia a mentir, irresponsable, manipuladora, superficial y que tiende a una violación de los derechos de otras personas".

Después del asesinato del niño, en el verano de 2008, Mónica ocultó al hombre con el que vivía en Menorca, a su familia en Noia (La Coruña), a sus amigos en Galicia y al padre adoptivo del niño, que también reside en la comunidad gallega, que su hijo estuviera muerto.