Un artista complementa 150 años después las fotos que hizo su tatarabuelo en el siglo XIX

  • El estadounidense Jason Covert descubrió en una maleta de cuero docenas de negativos de cristal de su tatarabuelo Robert Veitch.
  • El antepasado del artista hacía postales fotográficas y el archivo era como un álbum familiar colectivo de Nueva York.
  • Una galería expone ahora una colección de imágenes antiguas junto a  las versiones modernas realizadas por Covert.
A la izquierda, foto realizada por Robert Veitch; a la derecha, la versión actual de su tataranieto
A la izquierda, foto realizada por Robert Veitch; a la derecha, la versión actual de su tataranieto
Jason Covert - Hionas Gallery
A la izquierda, foto realizada por Robert Veitch; a la derecha, la versión actual de su tataranieto

Todo empezó con una maleta de cuero, no muy grande, ajada pero todavía resistente. La madre del estadounidense Jason Covert (Cape Cod - Massachusetts, 1974) le enseñó al artista el contenido de la valija del siglo XIX: docenas de negativos de cristal, perfectamente colocados, esperaban a ser descubiertos por alguien que se interesara por ellos. "A lo mejor puedes hacer algo con esto", dijo la señora al hijo.

El autor del archivo escondido era el tatarabuelo de Covert, Robert Veitch. Tenía una tienda de comestibles en Manhattan y como pequeño extra a sus ganancias también hacía postales fotográficas por encargo. El conjunto de retratos, paisajes y escenas era una ventana a la historia del Nueva York de la segunda mitad del siglo XIX. El artista fue consciente del hallazgo: eran imágenes apenas vistas, un enorme album familiar colectivo de hace casi 150 años.

Decidió "explorar el espacio entre generaciones de la misma familia" creando versiones actuales de las viejas imágenes. La galería Hionas de Nueva York expone a partir del 1 de noviembre el resultado de este salto en el tiempo en The Bridge (El puente), una selección de 20 fotografías —10 del tatarabuelo Veitch, algunas impresas por primera vez, y 10 del artista— que se complementan.

Un retrato familiar sin mirar a la cámara

La relación no termina en la mera copia. Las versiones actuales interpretan el lenguaje del pasado, dan un nuevo orden a los elementos de la foto original, reproducen la actitud de los personajes. En el retrato familiar de Veitch, una familia de ocho personas posa sin mirar a la cámara, como interesada en algo que el espectador no puede ver. Covert se inspira en ese detalle para hacer otro retrato con él mismo clonado tres veces, que captura el espíritu de intriga del original.

Ante la oportunidad de repetir la historia, el artista fuerza la similitud. El resultado oscila entre el estudio genealógico, lo perturbador y lo humorístico: Covert aprovecha la producción de un antepasado para encajar una visión artística actual e invita a contemplar la yuxtaposición de dos imágenes que cobran otro sentido juntas.

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