El baño suele ser una de las estancias más pequeñas de la casa. Y sin embargo hacemos bastante vida en su interior. Es un espacio imprescindible y no siempre conseguimos que sea un lugar grato.

Los problemas fundamentales de un baño suelen ser dos: su tamaño y la falta de iluminación natural. Respecto a este último poco podemos hacer (otro día hablaremos de cómo iluminarlo mejor), pero el tamaño de nuestro baño sí puede mejorar.

Hay tres principios fundamentales para conseguir que nuestro baño "sea" más grande. La luz es el primer factor: necesitamos mucha luz y si es natural, mejor. Detrás viene el color:  conviene usar tonos neutros y blancos. Finalmente, respecto a mobiliario y decoración seguiremos la consigna minimalista de que menos es más.

Como explica Maphre Hogar, para los espacios pequeños como el baño, lo ideal es que exista mucha luz para provocar la sensación de amplitud. Lo ideal es que sea luz natural, pero no es lo habitual.

Entonces, a la hora de usar luz artificial la de perfil bajo puede ser la ideal. Se trata de jugar con la colocación de las lámparas y las luces hasta dar con la altura o dirección que más "amplía" el baño.

Es un básico de la decoración: los colores claros dan sensación de amplitud y los oscuros reducen el tamaño. De modo que para hacer más grande nuestro baño debemos huir de los colores oscuros, que crean el efecto contrario.

Si realmente queremos que el baño parezca más grande debemos apostar por los blancos y los tonos pastel, ambos darán una mayor sensación de espacio.

Para que el baño "crezca" debemos colocar muebles y sanitarios pequeños y con el menor fondo posible. Eso nos lleva a renunciar a algunas posibilidades. En un baño pequeño no intentaremos meter un jacuzzi; aunque lo logremos nos habremos comido todo el espacio.

Ese "menos es más" lo debemos aplicar a la decoración. Evitaremos un exceso de decoración, que lo único que conseguiría es empequeñecer el baño. Un estilo moderno y minimalista nos ayudará en este sentido.

Finalmente, mucho orden. Lo ideal es tenerlo todo metido en armarios o cestas de mimbre. Así, veremos y tendremos a mano solo lo imprescindible.