Cancelado por el fuerte viento el intento de Baumgartner de ser el primer hombre supersónico

  • Este martes iba a arrojarse en paracaídas desde una altura de 36 km y superar la velocidad del sonido sin necesidad de ayuda mecánica.
  • Finalmente se ha cancelado, después de varios retrasos, por las condiciones meteorológicas de viento excesivo en la zona de Roswell (Nuevo México, EEUU)
  • El equipo esperaba que la salida del sol contribuyese a calmar los vientos, cuya velocidad no deberá superar los 5 kms/h para no dañar la fina piel del globo.
  • El jueves es la próxima oportunidad para el salto estratosférico.
  • A FONDO: Los peligros que tiene un salto a más de 36 kilómetros de altura.
El momento en el que Baumgartner es trasladado a la cápsula que le iba a subir a la estratosfera.
El momento en el que Baumgartner es trasladado a la cápsula que le iba a subir a la estratosfera.
RED BULL STRATOS
El momento en el que Baumgartner es trasladado a la cápsula que le iba a subir a la estratosfera.

El deportista austríaco de alto riesgo Felix Baumgartner se ha visto forzado a aplazar su intento de convertirse en una leyenda y conseguir ser el primer hombre supersónico sin ayuda mecánica. Unas 150 cadenas de televisión retransmitieron los preparativos y planeaban emitir el evento.

Los fuertes vientos en Roswell (Nuevo México, Estados Unidos), el lugar donde tiene lugar este experimento, llevaron a Don Day, el meteorólogo jefe del equipo organizador del evento, a decidir la cancelación temporal del intento, tras varios retrasos previos consecutivos por el mismo motivo. El proyecto ya tuvo que ser aplazado del lunes al martes debido a las desfavorables condiciones meteorológicas.

La misión fue interrumpida a las 19.45h (hora española) cuando Baumgartner se encontraba ya dentro de la cápsula que le llevaría a la estratosfera y unas dos horas después de iniciarse los preparativos para inflar el globo. "Estoy amarrado en la cápsula, preparado para partir", decía el austriaco poco antes al centro de Control de la misión.

El equipo esperaba que con la salida del sol el calor contribuyese a calmar los vientos, cuya velocidad no deberá superar los 5 kilómetros por hora para garantizar que no se dañe la fina piel del globo, de 0,002 centímetros de grosor. "Iba a ser un intento demasiado arriesgado", justificaba en su web la dirección de la misión.

En la horas previas a la misión, Felix Baumgartner había tomado alimentos que no producen gases para evitar la sobreexpansión en el espacio por la presión, se había echado una siesta y había respirado oxígeno para eliminar el nitrógeno de la sangre, antes de una ascensión en globo que estaba estimada en dos horas y 43 minutos.

"El jueves se abre la opción de intentarlo de nuevo", aseguró Art Thompson, el director técnico del proyecto patrocinado por Red Bull. "La vida de una persona está en juego, por lo que nuestra principal preocupación es que las condiciones sea tan seguras como sea posible", explicó. El director meteorológico del proyecto, Don Day, también coincidió en que "el jueves es un día con potencial" para llevar a cabo esa prueba.

Cuatro récords mundiales en juego

Este antiguo instructor de paracaidismo en los comandos de élite del Ejército austríaco y esporádico doble de películas de acción de 43 años pretendía romper cuatro récords mundiales de un plumazo.

De lograr su objetivo se iba a convertir en el primero en superar la velocidad del sonidomás de 1.100 kilómetros por hora— sin ayuda mecánica, en arrojarse en paracaídas desde el lugar más alto —más de 36 kilómetros—, protagonizar la caída libre más larga —en total 15 unos minutos incluida la bajada en paracaídas— y subir en globo al punto más alejado de la tierra.

Sus récords anteriores, como el salto desde el edificio más alto del planeta, el rascacielos Taipei 101 (Taiwán), de 509 metros de altura, y de otros lugares emblemáticos como la estatua de Cristo en Río de Janeiro, resultan en comparación casi inocentes aventuras sin riesgo.

También ha sido el primero en cruzar el Canal de la Mancha en caída libre, desde Dover (Reino Unido) hasta Calais (Francia), y se ha tirado desde la mayor construcción de América Latina, la Torre Mayor de México.

Su filosofía de vida se puede resumir en una frase que dijo tras completar el salto en Río de Janeiro: "No merece la pena morir en un salto. Pero al menos matarse saltando desde la estatua de Jesús tiene algo de gloria". Con estos antecedentes no es necesario explicar su alias: Felix "sin miedo". "El miedo se ha convertido en un amigo cercano", ha contado recientemente.

Los riesgos del paracaidismo estratosférico, en los que cualquier error le puede costar la vida, no parecen atemorizarlo tampoco.

Cinco años de desarrollo del proyecto

Un equipo médico y de expertos en ingeniería aeronáutica han desarrollado durante cinco años el proyecto estratos con Baumgartner, y la cápsula y el traje presurizado funcionaron el pasado julio cuando se lanzó desde más de 29 kilómetros de altura.

Uno de sus asesores es el poseedor del récord del salto en paracaídas desde mayor altitud: Joe Kittinger, quien se arrojó en 1960 cuando era miembro de las Fuerzas Armadas de EE UU desde una altura de 31 kilómetros.

En caso de que todo vaya según lo previsto, Baumgartner sobrepasaría la velocidad del sonido unos 30 segundos después de iniciar la caída libre para después perder velocidad debido a la mayor densidad de la atmósfera terrestre. Red Bull cataloga la misión como científica y el deportista considera que se podrá conseguir información crucial sobre la reacción del cuerpo humano para futuras misiones espaciales.

"Demostrar que un ser humano puede romper la barrera del sonido en la estratosfera y regresar a la tierra sería un paso hacia la creación en el espacio cercano de procedimientos de rescate que actualmente no existen", ha explicado en una entrevista difundida por Red Bull.

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