Bélgica celebra hoy elecciones para elegir a los representantes de las comunas (barrios) y de las provincias del país con los ojos puestos en los resultados que obtendrá en la región de Flandes el partido Vlaams Belang (Interés Flamenco), separatista, de extrema derecha, xenófobo, y que ha ganado un gran apoyo popular en los últimos meses, particularmente en Amberes, la segunda ciudad del país.

Dentro del complicado marco político e institucional de Bélgica, con sus siete niveles federales, los comicios servirán para elegir a los representantes comunales en todo el país y, excepto en la región de Bruselas Capital, también a los provinciales.

A pesar de los pintorescos candidatos que se presentan, por ejemplo, en Bruselas, de que los ciudadanos de la UE no belgas también podrán votar y que ésta será la primera vez para los originarios de países terceros, las elecciones estarán marcadas por los resultados de la extrema derecha en Flandes.

Simpatía de los votantes

El partido Vlaams Belang --sucesor del Vlaams Block, que cesó sus actividades en noviembre de 2004 a instancias de una sentencia judicial-- ha ascendido en número de apoyos en los últimos meses, de manera especial en Amberes.

Según encuestas publicadas hace quince días por la prensa belga, éste se situaría como la principal fuerza política en la ciudad y la segunda en toda la región flamenca por detrás de los socialdemócratas.

La extrema derecha también tiene su representación en la región francófona de Valonia, encarnada en el Frente Nuevo de Bélgica (FNB), también xenófobo y racista, con peores resultados en las encuestas de intención de voto, pero con una notable simpatía de los ciudadanos.

De ideología xenófoba y separatista, los representantes del Vlaams Belang reprochan el trato que dan los políticos belgas a la región de Flandes y apuestan por que los inmigrantes que lleguen a ella se integren y vivan según el modo de vida flamenco.

Estos mensajes aparecen en su página web, junto a otros que rechazan la entrada de Turquía a la UE y la adopción por parte de parejas homosexuales, y donde niegan rotundamente su ideología racista y antidemocrática.

"¿Acaso es tan raro exigir a los extranjeros que quieren beneficiarse de nuestra hospitalidad el respeto a nuestra manera de vivir, nuestras leyes, nuestros valores y nuestras costumbres?", reza el partido en su página.

Agresiones racistas

Mientras, parece que está creciendo en la región de Flandes el número de agresiones y crímenes racistas.

Uno de ellos, ocurrido en el mes de mayo, acabó con la vida de una mujer malí de raza negra y del niño blanco al que cuidaba e hirió a una mujer de ascendencia turca y resultó ser obra de un adolescente miembro de una familia que pertenecía al núcleo duro del extremismo ultraderechista flamenco.

Asimismo, en los últimos meses se han sucedido otros incidentes también de corte aparentemente racista, como el asesinato de un joven marroquí de 21 años en una discoteca, el incendio de una casa propiedad de una familia de la misma nacionalidad o el ataque que sufrieron dos extranjeros por parte de un grupo de cabezas rapadas en la también flamenca ciudad de Brujas.

Por otra parte, podría ocurrir que el eventual ascenso de la extrema derecha haya exacerbado los ánimos no sólo de los ciudadanos que claman por la tolerancia y la convivencia, sino también la de los votantes de formaciones de extrema izquierda, tanto en Flandes como en Valonia.