Escritores que han dado el salto de la literatura juvenil a la literatura para adultos

  • La creadora de 'Harry Potter' publica su primera novela para adultos.
  • Otros autores consolidados en el género infantil juvenil también dieron, con mejor o peor suerte, este paso: Meyer, Zafón, Elvira Lindo, Moccia...
La escritora J.K. Rowling.
La escritora J.K. Rowling.
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La escritora J.K. Rowling.

Traducida a 73 idiomas y con más de 450 millones de copias vendidas en más de 200 países de Harry Potter, J. K. Rowling lanzaba el jueves en inglés su primera novela para adultos: The Casual Vacancy (Little Brown). La obra, de 512 páginas y que narra con humor negro las desavenencias que causan unas elecciones en un pueblo ficticio de Inglaterra, le ha llevado a la escocesa cinco años de su vida.

Un paso tal vez inevitable, porque su querido personaje y quien le dio las pocas veces lograda fama mundial literaria se ha hecho demasiado mayor. O quizá porque, al igual que otros muchos autores de juvenil, la escritora ha querido probar nueva fortuna.

El superventas Carlos Ruiz Zafón, que arrasó con La sombra del viento, es la prueba de cómo un autor de libros para jóvenes puede dar el salto con éxito a la narrativa general. Reina Duarte, editora de Edebé y descubridora de Zafón (comenzó con la juvenil El príncipe de la niebla), nos comenta que tal vez la mirada, si de motivos económicos se trata, sea mejor ponerla en este género: "Porque se están dando verdaderos éxitos y la nuestra es una sociedad que si algo valora es eso". De su autor Ruiz Zafón, Duarte sabe que para él su inicio en la literatura juvenil fue una plataforma para dar el salto y llegar a La sombra del viento, su primera obra para adultos y con la que conquistó a lectores del mundo entero. "Siempre quiso publicar para adultos —asegura a 20 minutos Duarte—, y él es el caso más excepcional en cuanto a autor de éxito mundial".

Stephenie Meyer nos da el reverso de Zafón, ya que su paso del género juvenil al de adultos fue poco exitoso. Tras el campanazo de su saga Crepúsculo, quiso la estadounidense darles un cambio a sus letras para enganchar a un público más adulto con La huésped (The Host). Y ahí llegó el batacazo.

Un riesgo que corre también Rowling, quien admite  estar preparada para afrontar críticas negativas, pero no por parte de los lectores. Su miedo es que piensen que su libro es malo y que debería haber continuado escribiendo para niños. La británica se muestra orgullosa de esta obra, remarcando que eso es lo que de verdad importa. Acaso el hecho de ser una de las mujeres más ricas del mundo gracias a Potter le permita ser, como señaló recientemente, la escritora más libre del mundo: "Puedo hacer lo que me plazca".

La española Elvira Lindo entra también dentro de los autores que comenzaron en infantil juvenil, pero al final sucumbieron al género para adultos. Su Manolito Gafotas le ha dado una fama difícilmente superable por sus novelas para adultos (Lo que me queda por vivir), que sin embargo no han corrido mala fortuna.

Quien tampoco puede faltar entre los escritores que han logrado un potente éxito entre los jóvenes es el italiano Federico Moccia (Perdona si te llamo amor), quien ha logrado un digno paso al público adulto con Esta noche dime que me quieres y un éxito bastante considerable.

Maite Carranza, Premio Nacional de Narrativa Juvenil (por Palabras envenenadas), es una de las abanderadas de la literatura juvenil. Probó sin embargo suerte con la novela de adultos Sin invierno, con la que ni de lejos consiguió el éxito de su trilogía juvenil La guerra de las brujas, traducida a 25 idiomas. Jordi Sierra i Fabra es otro de los defensores del género juvenil y uno de los españoles que más venden en tal literatura: su obra Campo de fresas es uno de los ejemplos de mayores ventas. No por ello ha renunciado a dirigirse también al público adulto (Sombras en el viento).

Fieles a la juventud

Laura Gallego (Memorias de Idhún) es el gran exponente español de autora juvenil con un éxito indiscutible y sin intención, de momento, de dirigirse a otro público. Tampoco la alemana Cornelia Funke (Corazón de tinta) ha querido abandonar a los jóvenes.

Una de las mayores especialistas en literatura juvenil, Michi Strausseld (trajo a España a Ende y a Funke, entre otros), lo tiene claro: "Puede que algunos autores se propongan dar el salto, pero hay que tener la calidad y el conocimiento". Para ella el ejemplo a dar es el ya citado Zafón. "El autor había madurado y resultó normal. Quiero destacar la normalidad de este salto, pero no como propuesta". Matiza sin embargo lo difuso de la distinción: "Las fronteras desaparecen, porque no existen: hay buenos y malos libros, y un libro puede tener lectores entre diferentes grupos de edad". Concluye Michi ante nuestra pregunta sobre la dificultad o el posible lastre de cambiar de género: "De ninguna manera creo que pueda ser un lastre haber empezado en un género para luego pasar a otro".

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