Cuando el cadáver de Nick Drake fue encontrado por su madre en el domicilio familiar en la mañana del 25 de noviembre de 1974, el músico tenía 26 años, había editado tres discos que tuvieron muy buenas críticas pero escasísima repercusión pública y había tocado en directo menos de una veintena de veces. Venticinco años después, una de sus lánguidas canciones románticas fue utilizada en el anuncio de un coche y logró que las ventas del modelo se disparasen.
Esa paradoja condensa la vida y la obra de uno de los músicos más efímeros y trágicos de los años setenta: dotado pero tímido, brillante pero demasiado frágil para el mundo vanidoso de la música poprock. Sólo el tiempo ha logardo poner las cosas en su sitio y otorgar a Drake su verdadera validez, citada como influyente por artistas como, entre otros, Robert Smith (The Cure), Peter Buck (R.E.M.), Paul Weller, Kate Bush, Lucinda Williams...
Sobredosis de antidepresivos
Acaba de editarse en el Reino Unido el primer libro dedicado a recopilar las escasas fotografías que han quedado del leve paso por el mundo de un muchacho que, al parecer, se quitó de enmedio con una sobredosis de antidepresivos —la familia dice que se trató de un accidente, pero los biógrafos del músico sostienen lo contrario—. Son unas doscientas imágenes, algunas de ellas nunca antes difundidas.
I Saw Nick Drake(Yo vi a Nick Drake), el título del libro, tiene un punto de ironía: casi nadie vió a Drake durante su carrera musical, limitada en lo discográfico a los únicos álbumes que grabó, Five Leaves Left (1969), Bryter Layter (1970) y Pink Moon (1972), algunas maquetas caseras en las que trabajaba cuando murió, y a los escasos y muy poco concurridos conciertos que ofreció, en alguno de los cuales, dada su extraordinaria timidez, tocaba de espaldas al público.
Homenaje al fotógrafo
Las fotos son de Keith Morris (1938-2005), prácticamente el único que retrató a Drake y, por ello, uno de los pocos que lograba romper su temor a los objetivos. Morris, un profesional bregado que retrató a casi todos los grandes músicos de rock de los años setenta y ochenta, murió en un accidente de buceo. El libro, editado por Ormond Yard Press, es también un homenaje al hombre tras la cámara.
.I Saw Nick Drake es una oportunidad más para componer la imagen de un artista del que sabemos bastante poco: no dejó material filmado y resulta imposible ver sus gestos o comprobar la pasmosa técnica que tenía con la guitarra, que afinaba de modo nada convencional. "Todo lo que damos por sentado con los artistas de ahora no existe en el caso de Nick Drake. Sólo concendió una entrevista y no salió de gira en apoyo de sus discos", dicen los editores.
No la Inglaterra de 'fish and chips'
Drake, añaden, compuso una música "atemporal y única" y "sin influencias discernibles", basada en un universo típicamente inglés, "pero no de la Inglaterra de bacon y huevos o fish and chips: la suya es la Inglaterra de fresas con nata y té en el Ritz".
Las fotos de Morris presentan a Drake desde 1969, cuando se encargó de la cubierta de Five Leaves Left, hasta 1971, poco antes de que el músico decidiese abandonarlo todo y retirarse a la casa de sus padres en Tanworth-in-Arden. El libro tiene un prólogo del mítico Joe Boyd, productor de los dos primeros discos de Drake.
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