La crisis económica ha disparado las peticiones para que los alumnos puedan llevar la comida de casa, algo que este curso ya podrán hacer los alumnos de institutos públicos catalanes.

Sobre el uso de estos tupper en las escuelas, la consellera catalana de Enseñanza, Irene Rigau, ha recordado que los centros pondrán una cuota a partir de un euro diario que podrá llegar hasta unos tres euros si los alumnos, además de usar el microondas, reciben alguna formación complementaria por parte de los educadores y monitores. El precio variará en función del coste que tiene la infraestructura necesaria —vigilantes de comedor, neveras, servicios de limpieza y facturas de energía, entre otros—, y de los alumnos que acaben optando por la fiambrera. Todavía no se saben cuántos centros ofrecerán este servicio.

La directora general de Atención a la familia y Comunidad Educativa del departamento que dirige Rigau, Meritxell Ruiz, ha señalado que el ahorro de las familias que opten por llevar la comida de casa podría acercarse al 50% del precio del menú, que tiene como tope 6,20 euros por comida.

De hecho, el pasado agosto, la Generalitat y la Agencia de Salud Pública de Cataluña presentaron la guía Alimentación saludable en la etapa escolar, una guía con recomendaciones sobre el consumo alimentario. La edición actualizada de esta guía va destinada tanto a las familias que quieran "optimizar la alimentación de sus hijos "como a quienes pretendan "reducir el gasto de comedor", ha informado la coordinadora de la publicación, Gemma Salvador.

Asimismo, ha señalado que el texto —disponible únicamente en edición online— ha sido consensuado por una quincena de entidades relacionadas con la dietética, y que trabaja en los ámbitos "educativo, laboral, sanitario y comunicativo".

El director de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, Antoni Mateu, ha destacado la calidad actual de las menús escolares, aunque ha señalado que en Cataluña cuatro de cada seis niños de entre seis y diez años sufre un exceso de peso, sobre todo debido a estilos de vida pasivos. Mateu ha añadido que la educación empieza en casa, por lo que los principales responsables son las familias —donde tiene que empezar la concienciación—.