Los ayuntamientos de las localidades madrileñas, ante sus mermadas arcas municipales a causa de la crisis, se han visto obligados a sacar las tijeras y a tirar de imaginación para programar las fiestas patronales de este año.

Cada municipio se las ha ingeniado de distintas maneras para poder celebrar sus días festivos, aunque la mayoría ha coincidido en dar un mayor protagonismo a las peñas y a las actividades de 'coste cero' gracias a la participación desinteresada de vecinos y asociaciones.

Los más sacrificados son los encierros y las corridas de toros, sin los cuales el Ayuntamiento de Coslada, que celebró sus fiestas patronales en junio, pudo ahorrar 100.000 euros.

La suelta de vaquillas también se ha visto suspendida para las fiestas de Colmenar Viejo, aunque no solamente para "ahorrar costes", como apuntó en julio el edil de Turismo, César de la Serna, sino también para evitar los "incidentes hostiles ocasionados en años anteriores".

La reducción de un 40% del presupuesto respecto a 2011 para la fiestas de Alcalá de Henares se ha llevado por delante elque ponía punto y final a la celebración y que ha sido reemplazado por un desfile de carrozas y la actuación de Carlos Jean.

Y es que los conciertos parecen ser los únicos eventos que se mantienen a salvo de los ajustes; de hecho, por las fiestas de las localidades madrileñas pasarán este verano artistas y grupos como La Oreja de Van Gogh y Sergio Dalma, en Alcalá de Henares; Fangoria y La Pegatina, en Pinto, o David Bisbal, en San Sebastián de los Reyes.

Las fiestas de Sanse —del 27 de agosto al 2 de septiembre—tendrán un presupuesto de 460.000 euros, de los cuales el Ayuntamiento aporta 90.000, un 25% menos que en 2011, según el concejal de Festejos, Alberto Matiaces.

Los 369.000 euros restantes se cubrirán con la recaudación de la actividad industrial, hostelera y de ocio durante la semana festiva, informó el Consistorio.

Más radical ha sido el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid, que ha decidido eliminar una de las dos fiestas patronales de la localidad, la de septiembre, y así ahorrar unos 200.000 euros para dar salida a la falta de liquidez que le ha llevado a adeudar, en el mes de julio, el 30% de las nóminas a sus empleados.

Estas fiestas se celebraban desde hace treinta años el segundo fin de semana de septiembre y fueron creadas por el crecimiento de la zona oeste del municipio, la más poblada, que este año no podrá disfrutar de los conciertos en el auditorio Miguel Ríos ni de la verbena en el recinto ferial.

"Rivas no puede vivir a espaldas de una realidad económica difícil en la que los recursos son escasos y donde debemos asumir qué es lo prioritario para la ciudadanía", señalaba el pasado mes el concejal de Cultura y Fiestas, Curro García Corrales.

La otra cara de la moneda se encuentra a 48 kilómetros al este de la capital, y es que el municipio de Nuevo Baztán, con 6.500 habitantes, ha logrado reducir un 47% el presupuesto de sus fiestas patronales respecto a 2011 a la vez que ha incrementado tanto el número de días como las actividades programadas, muchas de ellas impulsadas por peñas y con ningún coste para las arcas municipales.