Macarena Aguilar: "Sabemos que todos los equipos nos tienen un poco de miedo"

Macarena Aguilar, en la entrada de la Villa Olímpica.
Macarena Aguilar, en la entrada de la Villa Olímpica.
R.R.V.
Macarena Aguilar, en la entrada de la Villa Olímpica.

El codo lo tiene en carne viva, tres cardenales decoran su brazo derecho, por la espalda tiene un par de golpes pero ella está como si nada. Macarena Aguilar es semifinalista olímpica. Es ella la responsable de repartir juego en el balonmano femenino, de buscar rendijas en las defensas rivales. Si las encuentra, nunca dudará: se lanza adelante y a ver quién puede frenarla.

¿Puede dormir tras un partido como el de cuartos?

Depende. Si juegas por la mañana no hay problema, pero cuando es por la tarde cuesta un poco más, porque todavía tienes toda la tensión del partido en la cabeza.

¿Le da muchas vueltas a las cosas?

Sí, sobre todo cuando se pierde. Cuando perdimos con Corea lo pasamos muy mal. Le doy vueltas a todas las acciones, a las malas sobre todo. Antes del partido siempre visualizo cómo será.

¿Cómo lo hace?

Pienso qué haré en cada jugada, cómo pasaré el balón y reaccionaré ante esta u otra defensa. Me preparo para saber actuar cuando luego llegue el partido.

¿Y qué hace en la víspera de la semifinal?

Pues hoy tengo el día libre, así que por la mañana quiero desconectar y nos iremos de compras, porque todavía no hemos comprado nada. Quiero comprar algún detallito, alguna taza de café, algún recuerdo.

¿Prefería Montenegro, su rival, o Francia?

Ya a estas alturas nos da igual. Montenegro es 'perro viejo', un equipo de jugadoras veteranas, casi todas han ganado la Champions este año. Será muy difícil, y muy duro. Pero nosotras sabemos jugar, y sabemos que los rivales también nos tienen miedo.

¿Turismo ha hecho?

No, pero ya estuve hace un año. Londres sería una de las ciudades en las que viviría, me encanta, pero ahora no tengo piernas para ir al centro .

¿Tan cansada está?

Ya llevamos muchos partidos y el cansancio se va notando. Nosotras mismas lo vemos en algunos momentos del partido, que nos da el bajón. Pero todos los equipos están igual, aquí no hay tregua. Ya solo quedan dos esfuerzos, hay que sacar la fuerza de donde sea.

¿Qué media de golpes por partido suele llevarse?

Pues no lo he contado, pero mira como tengo el codo, me está matando. Últimamente estoy aprendiendo a caer un poco mejor, pero todo el mundo me dice que un día me voy a matar. Y cuando hay gente que nunca ha visto un partido me pregunta cómo puedo seguir en pie después de los golpazos que me meto. Al final no duelen tanto, pero son muchísimos.

¿Y cómo se cae mejor?

La edad me ayuda, da experiencia. A mí se me ha salido el hombro y me he roto dos veces la nariz cayendo, así que ahora cuando pasa intento reaccionar, dar una voltereta...Aunque a veces no puedes controlarte ni poner las manos.

Su madre se asustará...

Siempre me dice que ni se me ocurra enseñarla el cuerpo, porque lo tengo lleno de heridas y se pone mala, sufre.

Cuando hace una de sus características entradas en diagonal, se enfrenta a defensas que le sacan dos cabezas, ¿nada le frena?

Me sacan dos cabezas y 20 kilos. Nunca me intimidan, siempre pienso que la sacaré dos minutos o la meteré un gol. Es muy gratificantes saber que hay una tía ahí esperando, que no sabe lo que vas a hacer, y poder superarla.

¿Cómo le dio por el balonmano?

Tenía 9 años y vivía en mi pueblo, Bolaños. Una tarde me iba a merendar después del cole y unas amigas me dijeron que me quedara con ellas jugando al balonmano. Y ahí empecé, hasta ahora.

¿Cómo es Bolaños?

Pequeñito y maravilloso.

¿Era traviesa?

Siempre estaba en la calle, dejaba el colegio y me iba a la plaza, donde vivía mi abuela. Los profesores siempre estaban atentos a que hiciera los deberes. Me decían, 'seguro que no los has hecho, pero sí sabes cuántos dientes tienen los leones de la plaza, ¿a qué sí Macarena?'. Era muy marimandona también.

Debutó con la selección a los 18, ¿se lo creía?

Nada, para mí fue un sueño total que hacía realidad.

Cuénteme como es esta selección a nivel personal

Las que están más pendientes de todas son las veteranas, Verónica y Begoña.

¿La jugadora con más calidad del grupo?

Marta Mangué.

¿La que levanta al grupo cuando está hundido?

Bego. Tiene mucho carácter y tira de nosotras cuando estamos mal.

¿La que reparte más leña?

También Bego.

¿Les dejó muy tocadas la lesión de Carmen Martín?

Sí, ella es fundamental es en este grupo. Pero al final no ha sido tan grave y esa fue una gran noticia. Además, estará con nosotras en semifinales para apoyarnos.

¿Da para vivir el balonmano?

Da para vivir mientras juegues. Ahora sí que es verdad que la situación está muy mal y la gente que viene por detrás lo va a pasar fatal.

¿Cómo viven la crisis?

Pues nos afecta muchísimo, llevamos 8 meses sin cobrar en el Itxako. La mitad de las que estamos aquí nos hemos tenido que ir al extranjero. Ya no es que te ofrezcan más o menos, es que no te lo pagan. Yo conozco a muchas jugadoras que se han quedado en el paro y lo está pasando muy mal.

¿Usted dónde se va?

A Dinamarca.

¿Y está preparada?

Pues no, pero ya tengo el gusanillo para ver cómo me irá. Me voy sola y sé que la experiencia me va a hacer más fuerte.

¿Siempre fue tan independiente?

Muchísimo.  Me fui de casa muy joven y siempre he sido así. A veces me pregunto cómo me aguantará mi futuro novio, porque al final te acostumbras a estar sola y cuesta compartir la vida luego.

¿Y por la Villa Olímpica qué tal?

Los primeros días estaba flipada, viendo por las calles a Phelps, Gasol...estaba en un sueño, pero ahora ya me he acostumbrado y dices, hola Pau que tal. Ya me hecho fotos con muchos. Todos son muy normales, pero otros no se hacen fotos, como Phelps o Bolt. Phelps es más tranquilo, pero Bolt es...como lo ves en la tele haciendo el tonto, pues aquí es igual.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento